martes, 11 de enero de 2011

Evangelio del miércoles 12 de enero de 2011

# Primera Lectura: Hebreos 2, 14-18
"Tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo"

Hermanos: Puesto que los hijos tenían en común la carne y la sangre, también Jesús las compartió para poder destruir con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo, y librar a aquellos a quienes el temor a la muerte tenía esclavizados de por vida. Porque ciertamente no ha venido en auxilio de los ángeles, sino en auxilio de la raza de Abrahán. Por eso tenía que ser hecho en todo semejante a sus hermanos para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y digno de confianza en las cosas de Dios, capaz de obtener el perdón de los pecados del pueblo.
Precisamente porque él mismo fue sometido al sufrimiento y a la prueba, puede socorrer ahora a los que están bajo la prueba.
# Salmo Responsorial: 104
"El Señor se acuerda de su alianza eternamente."

Den gracias al Señor, invoquen su nombre, publiquen entre los pueblos sus proezas, cántenle, toquen en su honor, proclamen sus maravillas.
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen su rostro sin descanso.
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Descendencia de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra están en vigor sus
decretos.
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra que ha dado por mil generaciones; del pacto concluido con Abrahán y del juramento que hizo a Isaac.
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
# Evangelio: Marcos 1, 29-39
"Curó a muchos enfermos de diversos males"

En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, Jesús se fue inmediatamente a casa de Simón y de Andrés, con Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre. Se lo dijeron a Jesús y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. El sanó entonces a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero a éstos no los dejaba hablar, pues sabían quién era.
Muy de madrugada, antes del amanecer, se levantó, salió, se fue a un lugar solitario y allí comenzó a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca. Cuando lo encontraron le dijeron:
«Todos te buscan».
Jesús les contestó:
«Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he venido».
Y se fue a predicar en las sinagogas judías por toda Galilea, expulsando los demonios.

Evangelio del martes 11 de enero de 2011

* Primera Lectura: Hebreos 2, 5-12
"Dios juzgó conveniente perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de la salvación"

Hermanos:

Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero, del que estamos hablando; de ello dan fe estas palabras: «¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el ser humano, para que mires por él? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, todo lo sometiste bajo sus pies».

En efecto, puesto a someterle todo, nada dejó fuera de su dominio.

Pero ahora no vemos todavía que todo le esté sometido.

Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte.

Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos.

Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación.

El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos, pues dice: «Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré».
* Salmo Responsorial: 8
"Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos"

¡Señor, dueño nuestro,
qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies.

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
* Evangelio: Marcos 1, 21-28
"Enseñaba con autoridad"

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
- ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.
Jesús lo increpó:
- Cállate y sal de él.
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:
- ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Evangelio del lunes 10 de enero de 2011

* Primera Lectura: Hebreos 1, 1-6
"Dios nos ha hablado por su Hijo"

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros antepasados por medio de los profetas. Ahora, en este momento final, nos ha hablado por medio del Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por quien hizo también el universo.
El es reflejo de su gloria, imagen perfecta de su ser. El sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de Dios en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelente es el título que ha heredado.
En efecto, ¿a qué ángel dijo Dios alguna vez:
«Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy?»
Y también:
«¿Yo seré para él un padre y él será
para mí un hijo?»
Y en otro pasaje, al introducir en el mundo a su Hijo primogénito, dice:
«Adórenlo todos los ángeles de Dios».
* Salmo Responsorial: 96
"Angeles del Señor, adórenlo."

Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor está asentado sobre la justicia y el derecho.
R. Angeles del Señor, adórenlo.

Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. Que caigan ante Dios todos los dioses.
R. Angeles del Señor, adórenlo.

Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses.
R. Angeles del Señor, adórenlo.
* Evangelio: Marcos 1,14-20
"Arrepiéntanse y crean en el Evangelio"

Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía:
«Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio».
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús.

Evangelio del domingo 9 de enero de 2011

Bautismo del Señor

Lectrura del libro del Prófeta Isaías
Primera Lectura: Isaías 42, 1-4. 6-7
"Miren a mi siervo, en quien tengo mis complacencias"

«Miren a mi siervo a quien sostengo, a mi elegido en quien tengo mis complacencias.
En Él he puesto mi espíritu para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz por las calles. No romperá la caña resquebrajada ni apagará la mecha que aún humea.
Promoverá con firmeza la justicia; no titubeará ni se doblegará,
hasta haber establecido el derecho sobre la tierra, y hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación te llamé, te tomé de la mano, te he formado, y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones: para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas».

Palabra de Dios:
Te Alabamos Señor

Salmo Responsorial: 28
"El Señor bendice a su pueblo con la paz."

Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados en su templo santo, alabemos al Señor.
R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es imponente.

R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó sobre las aguas desde su trono eterno.
R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Segunda Lectura: Hechos 10, 34-38
"Dios ungió con el Espíritu Santo a Jesús de Nazaret"

En aquellos días, Pedro se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa con estas palabras:
«Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que le es fiel y practica la justicia, sea de la nación que fuere.
Él envió su palabra a los hijos de Israel para anunciarles la paz por medio de Jesucristo, Señor de todos. Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan; de cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo Éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él».

Palabra de Dios:
Te Alabamos Señor

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
Gloria a Ti Señor
Evangelio: Mateo 3, 13-17
"Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu Santo descendía sobre él."

En aquel tiempo, Jesús llegó de Galilea al río Jordán y le pidió a Juan que lo bautizara. Pero Juan se resistía, diciendo:
«Yo soy quien debe ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a que yo te bautice?»
Jesús le respondió:
«Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere».
Entonces Juan accedió a bautizarlo. Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre él en forma de paloma y oyó una voz que decía, desde el cielo:
«Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias».

Palabra del Señor:
Gloria y honor a Ti Señor Jesús

Evangelio del sábado 8 de enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 5, 14-21
    "Dios nos escucha en todo lo que le pedimos conforme a su voluntad"

    Queridos hijos: Esta es la confianza que tenemos en Dios: que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha; y si sabemos que nos escucha cuando le pedimos algo, sabemos que tenemos todo lo que le hemos pedido.

    Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, pida a Dios por él, y Dios le dará la vida. Me refiero a los que cometen pecados que no llevan a la muerte. Porque hay un pecado que lleva a la muerte; por ése no digo que se pida. Aunque toda mala acción es pecado, no todo pecado lleva a la muerte.

    Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca; el Hijo de Dios lo protege, y no lo toca el demonio.

    Sabemos que pertenecemos a Dios y que el mundo entero está bajo el poder del demonio; pero sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al Verdadero. Y estamos en el Verdadero, en su Hijo, Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.

    Hijo míos, cuídense de los ídolos.

  • Salmo Responsorial: 149
    "El Señor ama a su pueblo."

    Canten al Señor un canto nuevo, alábenlo en la asamblea de los fieles; celebre Israel a su Creador, festejen los hijos de Sión a su Rey.
    R. El Señor ama a su pueblo.

    Que alaben su nombre con danzas, que toquen para él la pandereta y el arpa; porque el Señor aprecia a su pueblo y concede a los débiles la victoria.
    R. El Señor ama a su pueblo.

    Que los fieles salten de alegría y hasta en los lechos canten jubilosos: con vivas a Dios en la boca; será un honor para todos sus fieles.
    R. El Señor ama a su pueblo.

  • Evangelio: Juan 3, 22-30
    "El amigo del novio se alegra de oír su voz"

    En aquel tiempo fue Jesús con sus discípulos a Judea y permaneció allí con ellos bautizando. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque allí había agua abundante. La gente acudía y se bautizaba, pues Juan no había sido encarcelado todavía.

    Surgió entonces una disputa entre algunos de los discípulos de Juan y unos judíos acerca de la purificación. Se acercaron a Juan y le dijeron:

    «Maestro, Aquél que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, de quien tú nos diste testimonio, está ahora bautizando y todos acuden a él».

    Contestó Juan:

    «El hombre sólo puede tener lo que Dios le haya dado. Ustedes mismos son testigos de lo que yo dije entonces: “Yo no soy el Mesías, sino el que han enviado delante de él”. La esposa pertenece al esposo. El amigo del esposo, que está junto a él y lo escucha, se alegra mucho al oír la voz del esposo; por eso mi alegría ha llegado a su plenitud. Es necesario que él crezca y que yo disminuya».

Evangelio del viernes 7 de enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 5, 5-13
    "El Espíritu, el agua y la sangre"

    Queridos hijos: ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Jesucristo se manifestó mediante sangre y agua; no sólo por agua, sino por agua y por sangre; y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Así pues, los testigos son tres: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo.

    Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios. Y Dios nos ha dado testimonio acerca de su Hijo: si uno cree en el Hijo de Dios, tiene ya el testimonio de Dios.

    Si uno no cree a Dios, lo hace mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo. Y el testimonio consiste en que Dios nos ha dado la vida eterna, la vida que está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.

    A ustedes, los que creen en el Hijo de Dios, les he escrito estas cosas para que sepan que tienen la vida eterna.

  • Salmo Responsorial: 147
    "Demos gracias y alabemos al Señor."

    Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión. Que él refuerza los cerrojos de tus puertas y bendice a tus hijos en medio de ti.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor.

    El mantiene la paz en tus fronteras y te alimenta con la mejor harina; él envía a la tierra sus ordenes, veloz va corriendo su mensaje.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor.

    Manifestó su palabra a Jacob, sus leyes y decretos a Israel; con ningún pueblo actuó así, ni les dio a conocer sus decretos.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor

  • Evangelio: Lucas 5, 12-16
    "Al momento desapareció la lepra"

    En aquel tiempo, estando Jesús en un poblado, llegó un leproso; y al ver a Jesús, se postró rostro en tierra suplicando:

    «Señor, si quieres, puedes limpiarme».

    Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo:

    «Quiero, queda limpio».

    Y al momento desapareció la lepra. Jesús le ordenó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés prescribió. Eso les servirá de testimonio».

    Y su fama se extendía cada vez más, y las muchedumbres acudían a oírlo y a ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a lugares solitarios para orar.

evangelio del jueves 6 de enero de 2011

Solemnidad de la Epifania del Señor

  • Primera Lectura: I Juan 4,19-5,4
    "Quien ama a Dios, ame también a su hermano"

    Queridos hermanos: Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Y hemos recibido de él este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano. Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él.

    En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.

  • Salmo Responsorial: 71
    "Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra."

    Dios mío, confía tu juicio al rey,
    tu justicia al hijo de reyes,
    para que rija a tu pueblo con justicia,
    a tus humildes con rectitud. R.

    Él rescatará sus vidas de la violencia,
    su sangre será preciosa a sus ojos.
    Que recen por él continuamente
    y lo bendigan todo el día. R.

    Que su nombre sea eterno,
    y su fama dure como el sol;
    que él sea la bendición de todos los pueblos,
    y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

  • Evangelio: Lucas 4,14-22a
    "Hoy se cumple esta Escritura"

    En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.

    Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor." Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír." Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

Solemnidad de la Epifanía del Señor

6 de Enero

Solemnidad de la Epifanía del Señor



Solemnidad de la Epifanía del SeñorEpifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:

Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)

Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán

Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro en Caná.

La Epifanía que más celebramos en la Navidad es la primera.

La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz crece".

Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.

Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.

Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.

Los Reyes Magos

Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.

De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.

El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.

Evangelio del jueves 5 de enero de 2011

* Primera Lectura: I Juan 4,11-18
"Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros"

Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.
* Salmo Responsorial: 71
"Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra."

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.
* Evangelio: Marcos 6,45-52
"Está cerca el reino de los cielos"

Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús en seguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar.

Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra. Viendo el trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario, a eso de la madrugada, va hacia ellos andando sobre el lago, e hizo ademán de pasar de largo. Ellos, viéndolo andar sobre el lago, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque al verlo se habían sobresaltado. Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice: "Ánimo, soy yo, no tengáis miedo." Entró en la barca con ellos, y amainó el viento. Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque eran torpes para entender.

Evangelio del miércoles 4 de enero de 2011

# Primera Lectura: I Juan 4, 7-10
"Dios es amor"

Queridos hermanos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios; y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
Dios ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por él. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
# Salmo Responsorial: 71
"Que te adoren, Señor, todos los pueblos."

Dios mío, da tu juicio al rey, tu justicia al heredero del trono; para que gobierne a tu pueblo con justicia, y a tus humildes con equidad.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Que las montañas traigan la paz al pueblo, y las colinas, justicia; que él defienda a los humildes del pueblo y que salve a los necesitados.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Que florezca en sus días la justicia y haya gran prosperidad mientras alumbre la luna; que domine de mar a mar, desde el Eufrates hasta los extremos de la tierra.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos
# Evangelio: Marcos 6, 34-44
"Al multiplicar los panes, Jesús se manifiesta como profeta"

En aquel tiempo, al desembarcar, vio Jesús una multitud, se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y se compren algo de comer».
El les replicó:
«Denles ustedes de comer».
Ellos le dijeron:
«¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?»
El les preguntó:
«¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver».
Cuando lo averiguaron, le dijeron:
«Cinco panes y dos pecados».
Jesús ordenó que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.

Evandelio del martes 3 de enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 3,22-4,6
    "Examinad si los espíritus vienen de Dios"

    Queridos hermanos: Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

    Queridos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.

  • Salmo Responsorial: 2
    "Te daré en herencia las naciones."

    Voy a proclamar el decreto del Señor;
    el me ha dicho:
    "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
    Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
    en posesión, los confines de la tierra." R.

    Y ahora, reyes, sed sensatos;
    escarmentad, los que regís la tierra:
    servid al Señor con temor,
    rendidle homenaje temblando. R.

  • Evangelio: Mateo 4,12-17.23-25
    "Está cerca el reino de los cielos"

    En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: "País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló."

    Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Trasjordania.

Evandelio del lunes 2 de enero de 2011

Epifanía del Señor

Lectura del libro del Profeta Isaías

Primera Lectura: Isaías 60, 1-6
"La gloria del Señor amanece sobre ti"

¡Levántate y resplandece, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Es verdad que la tierra está cubierta de tinieblas y los pueblos de oscuridad, pero sobre ti amanece el Señor y se manifiesta su gloria. A tu luz caminarán los pueblos, y los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Al ver esto te pondrás radiante, palpitará y se emocionará tu corazón, porque derramarán sobre ti los tesoros del mar y te traerán las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor.

Palabra de Dios:
Te alabamos Señor

Salmo Responsorial: 71
"Que te adoren, Señor, todos los pueblos."

Dios mío, da tu juicio al rey, tu justicia al heredero del trono, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus humildes con equidad.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Que florezca en sus días la justicia y haya gran prosperidad mientras alumbre la luna; que domine de mar a mar, desde el Eufrates hasta los extremos de la tierra.

R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Que los reyes de Tarsis y de los pueblos lejanos le traigan regalos, y que le paguen tributos los monarcas de Arabia y de Sabá; que se postren ante él todos los reyes, y lo sirvan todas las naciones.

R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Porque él librara al necesitado que suplica, al humilde que no tiene defensor; tendrá compasión del necesitado y del abandonado, y salvará la vida de los necesitados.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Lectura del carta del Apóstol San Pablo a los Efesios
Segunda Lectura: Efesios 3, 2-3a. 5-6

"También los paganos participan de la misma herencia que nosotros"

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha confiado en favor de ustedes.
Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no fue manifestado a los hombres de otras generaciones y que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: un plan que consiste en que todos los pueblos comparten la misma herencia, son miembros del mismo cuerpo y participan de la misma promesa en Jesucristo, por medio del Evangelio.

Palabra de Dios:
Te alabamos Señor

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
Evangelio: Mateo 2, 1-12
"Venimos de Oriente para adorar al Rey"

Jesús nació en Belén de Judá en tiempo del rey Herodes. Por entonces, Magos de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando:
«¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer?
Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo».
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y todo Jerusalén con él; entonces convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron:
«En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel».
Entonces, Herodes llamó en secreto a los Magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén con este encargo: «Vayan y averigüen cuidadosamente sobre ese niño; y, cuando lo encuentren, avísenme para ir yo también a adorarlo».
Después de oír al rey, los Magos se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en oriente los guió hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra.
Y advertidos en sueños de que no volvieran donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor:
Gloria y honor Ti Señor

Evangelio del sábado 1 de enero de 2011

SOLEMNIDAD DE SANTA MARIA, MADRE DE DIOS

Lectura del libro de los Números

Primera Lectura: Números 6, 22-27
"Invocarán mi nombre y yo los bendeciré"

En aquel tiempo el Señor dijo a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja; haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor; que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré».

Pabra de Dios:
Te alabamos Señor

Salmo Responsorial: 66
"El Señor tenga piedad y nos bendiga."

Que Dios se apiade y nos bendiga, que haga brillar su rostro sobre nosotros; para que se conozcan en las tierra tus caminos, tu salvación en todas las naciones.
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

Que se alegren y canten de júbilo las naciones, porque juzgas rectamente los pueblos y gobiernas las naciones de la tierra.
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

Oh Dios, que te den gracias los pueblos, que todos los pueblos te den gracias. Que Dios nos bendiga y que lo teman hasta los más remotos lugares de la tierra.
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas
Segunda Lectura: Gálatas 4, 4-7
"Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer"

Hermanos: Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su propio Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo el dominio de la ley, para liberarnos del dominio de la ley y hacer que recibiéramos la condición de hijos adoptivos de Dios.
Y la prueba de que ustedes son hijos es que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que grita: ¡Padre! De modo que ya no eres siervo, sino hijo, y como hijo, también heredero por gracia de Dios.

Pabra de Dios:
Te alabamos Señor

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
Gloria a Tí Señor
Evangelio: Lucas 2, 16-21
"Encontraron a María, a José y al niño."

En aquel tiempo, los pastores fueron de prisa y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que el ángel les había dicho de este niño. Y cuantos escuchaban lo que decían los pastores, se quedaban maravillados. María, por su parte, conservaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón.
Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios, porque todo cuanto habían visto y oído era tal como les habían dicho.
A los ocho días, cuando lo circuncidaron, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel ya antes de la concepción.

Palabra del Señor:
Gloria y honor a Ti Señor Jesús

Evangelio del viernes 31 de diciembre de 2010

# Primera Lectura: I Juan 2, 18-21
"Han recibido ustedes la unción del Espíritu Santo"

Hijos míos: Esta es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir el anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido ya, por lo cual nos damos cuenta de que es la última hora.
De entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; si hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para que se pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es de los nuestros.
Por lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu Santo y tienen así el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque
ninguna mentira viene de la verdad.
# Salmo Responsorial: 95
"Alégrense los cielos y la tierra."

Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamen su amor día tras día.
R. Alégrense los cielos y la tierra.

Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena. Salten de gozo los campos y cuanto hay en ellos, manifiesten los bosques regocijo.
R. Alégrense los cielos y la tierra.

Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar e orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija todas las naciones.
R. Alégrense los cielos y la tierra.
# Evangelio: Juan 1, 1-18
"La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros"

En el principio ya existía Aquél que es la Palabra, y Aquél que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. El era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron. Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquél que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y Aquél que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando:
«A éste me refería
cuando dije: “El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes
que yo”».
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.

Evangelio del jueves 30 de diciembre de 2010

# Primera Lectura: I Juan 2, 12-17
"El que hace la voluntad de Dios tiene vida eterna"

Les escribo a ustedes, hijos, porque les han sido perdonados sus pecados por el poder de su nombre.
Les escribo a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio.
Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al maligno. Les escribo a ustedes, hijos, porque han conocido al Padre.
Les escribo a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio.
Les escribo a ustedes, jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al maligno.
No amen al mundo ni lo que hay en él. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no habita en él. Porque todo lo que hay en el mundo –los apetitos desordenados, la codicia de los ojos y el afán de la riqueza humana– no viene del Padre, sino del mundo. El mundo y todos sus atractivos pasan. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
# Salmo Responsorial: 25
"Alégrese el cielo y goce la tierra."

Pueblos todos de la tierra, reconozcan la gloria y el poder del Señor; reconozcan que su nombre es glorioso.
R. Alégrese el cielo y goce la tierra.

Entren en su templo trayéndole ofrendas: adoren al Señor en su templo, tiemble en su presencia la tierra entera.
R. Alégrese el cielo y goce la tierra.

Digan a las naciones: «El Señor es Rey, él aseguró el mundo para que permanezca firme; él gobierna a los pueblos con rectitud».
R. Alégrese el cielo y goce la tierra.
# Evangelio: Lucas 2, 36-40
"Ana hablaba del niño a los que aguardaban la liberación de Israel"

En aquel tiempo había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, que era ya muy anciana. Había estado casada siete años, siendo aún muy joven, y después había permanecido viuda hasta los ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo, dando culto al Señor día y noche con ayunos y oraciones. Se presentó en aquel momento y se puso a dar gloria a Dios y a hablar del niño a todos los que esperaban la liberación de Israel.
Cuando cumplieron todas las cosas prescritas por la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
El niño crecía y se fortalecía llenándose de sabiduría, y contaba con la gracia de Dios.

Quince minutos ante el Sagrado Corazón

CONFORMIDAD DE NUESTRO CORAZÓN CON SU CORAZÓN

DESCENDÍ DEL CIELO NO PARA HACER MI VOLUNTAD, SINO LA DE MI PADRE


Hijo mío, Yo vine a la tierra para hacer la voluntad de Aquél que me envió. Sabía cuántos insultos, dolores, desprecios y tormentos me estaban reservados, y sin embargo, no vacilé en abrazar la voluntad de mi Padre. Todo esto era bien poco en comparación de la amargura que experimentaba mi Corazón al pensar en la ingratitud de los hombres que, ciegos y deslumbrados los unos con el amor de los placeres y el brillo de las riquezas, y dormidos los otros sobre los papeles de sus negocios, los primeros no han querido verme, y los otros apenas se despiertan, o se despiertan tan tarde que hacen inútiles mis enseñanzas y la vida que di por ellos. ¡ Oh ingratitud incomprensible! Tu también hijo mío te apartas de mi. ¿Por qué corres tras de lo que no has de conseguir? ¿Por qué te precipitas en las fuentes cenagosas que no apagan la sed? Por qué no escuchas mi voz, cuando te llamo como el padre más cariñoso, como el amigo más fiel? En mi Corazón y en el de mi Purísima Madre, que también lo es tuya, encontrarás el manantial que nunca se agota. Te ofrezco dulzuras incomparables y tú prefieres el acíbar que produce el remordimiento, a cambio de un momento de placer. Buscas una dicha ficticia y engañosa, y a pesar del afán con que la buscas, tienes que confesar que no la encuentras. ¿Sabes por qué? Porque has despreciado la Ley que yo te di, y te has desviado de la senda que yo te tracé. Si alguna vez me sigues, tu paso es tan inseguro que el menor obstáculo te hace retroceder.

¡Oh dulcísimo Corazón! Ya que dijistes: Qui fecerit voluntatem Patris mei, ipse meus frater est, yo quiero ser tu hermano.

Y para que yo pueda llevar con propiedad este título deliciosísimo que me da tu amor, ayúdame Madre mía, y Tú, Jesús mío, modelos de humildad y obediencia. Yo propongo en adelante conformarme con tu voluntad, Corazón adorable de Jesús.

Y si te dignas darme tribulaciones, te amaré siempre, Corazón pacientísimo.

Si quieres darme alegrías, te amaré siempre, Corazón humildísimo.
Si quieres darme enfermedades y pobreza, te amaré siempre, Corazón modestísimo.
Si quieres que me injurien y calumnien, te amaré siempre, Corazón mansísimo. Si quieres que me ensalcen, te amaré siempre, Corazón perfectísimo.
Y si quieres que me humillen, que mis parientes me nieguen, que los amigos me falten y que la sociedad me abandone, haz que te ame siempre, Corazón santísimo, porque todo lo que no eres Tú, nada es, y no quiero confiar sino en ti, para que pueda morir exclamando:

Cumplí tu voluntad, Jesús divino,
Mientras viví en el mundo cenagoso;
Y hoy, por mi dicha, al fin de este camino

Espero me recibas amoroso.

Sagrado Corazón de Jesús

Sagrado Corazón de Jesús
Ten piedad y misericordia de nosotros.

Ejercicio Piadoso en Honor del Sagrado Corazón de Jesús

Oh sacratísimo Corazón de Jesús, dígnate aceptar este obsequio que te ofrezco a mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén
Y para recordar ahora el grande amor que nos has tenido, voy considerando tus Promesas saludándote al mismo propio tiempo con la oración del Padrenuestro, salida de tu Corazón y de tus labios.

Primera promesa: Daré a mis devotos todas las gracias necesarias para su estado.

Segunda: Pondré paz en sus familias.

Tercera: Los consolaré en sus aflicciones.

Cuarta: seré su Protector durante la vida y principalmente en la hora de su muerte.
¡Oh Jesús, oh Jesús mío! ¡Qué consoladoras son para mí estas promesas. Padrenuestro ...

Quinta promesa: Bendeciré generosamente todas las empresas de mis devotos.

Sexta: Los pecadores encontrarán en mi Corazón la fuente inagotable de la misericordia.

Séptima: Las almas tibias se enfervorizarán.

Octava: Las almas fervorosas se elevarán a grande santidad.
¡Oh Jesús, oh Jesús mío! Por tu Corazón te pido que cumplas en mí estas tus consoladoras promesas.
Padrenuestro ...

Novena promesa: Daré a los sacerdotes la gracia de conmover a los pecadores más empedernidos.

Décima: Bendeciré las casas en las cuales sea expuesta y honrada la Imagen de mi Corazón.

Undécima: Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás se borrará de Él.

Duodécima: A los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, prometo la gracia de la perseverancia final y de que no morirán en desgracia mía y sin recibir los Santos Sacramentos.

¡Oh Jesús, Oh Jesús mío! Tu Corazón ya no puede darnos más: Concédeme el cumplimiento de estas tus dulces y consoladoras promesas y úneme a ti para siempre en el Cielo. Amén, Padrenuestro ...

Oración: Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos postrados humildemente ante tu altar. Tuyos somos y tuyos queremos ser; para que podamos unirnos hoy más íntimamente contigo, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu sacratísimo Corazón: Es verdad que muchos jamás te conocieron, que muchos te abandonaron después de haber despreciado tus mandamientos. Ten misericordia de unos y otros, benignísimo Jesús, y atráelos con fuerza todos juntos a tu Sacratísimo Corazón.

Reina, Señor, no solamente sobre los fieles que jamás se apartaron de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te abandonaron, y haz que éstos prontamente regresen a la casa paterna, para que no mueran de hambre y de miseria.

Reina sobre aquellos a quienes traen engañados las falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia, y volvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve no haya sino un solo redil y un solo Pastor.

Reina, finalmente, sobre cuantos viven en las antiguas supersticiones de la gentilidad; y, como tuyos que son, sácalos de las tinieblas a la luz del reino de Dios.

Concede, Señor, a tu Iglesia segura y completa libertad; otorga la paz a todas las naciones y haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola voz: Alabado sea el divino Corazón, por quien nos vino la salud ; a él sea la gloria y honor por todos los siglos de los siglos. Amén.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón

Nuestra Señora del Sagrado Corazón
Ruega por nosotros.

Letanía del Corazón agonizante de Jesús

  • Señor, ten piedad de nosotros.
    Jesucristo, ten piedad de nosotros.
  • Señor, ten piedad de nosotros.
  • Jesucristo, escúchanos.
  • Jesucristo óyenos.
  • Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
  • Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
  • Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
  • Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros,
  • Corazón agonizante de Jesús, ten misericordia de los moribundos.
  • Corazón agonizante de Jesús que, desde el primer instante de tu formación en el casto seno de maría has sufrido por nuestra salvación, ten misericordia de nosotros.
  • Corazón agonizante de Jesús, que durante toda tu vida has sufrido tantas penas interiores, especialmente durante tu pasión, ten misericordia de nosotros. (En adelante se repite ten misericordia de nosotros).
  • Corazón de Jesús, que llevaste contigo a tus más caros discípulos para ser testigos de tu dolorosa agonía en el huerto de los Olivos.
  • Corazón agonizante de Jesús que dijiste a sus apóstoles: triste está mi alma hasta la muerte.
  • Corazón agonizante de Jesús, que fuiste sobrecogido de una mortal tristeza al prever la inutilidad de tus sufrimientos para un gran número de almas.
  • Corazón agonizante de Jesús que has sido saciado de amargura por causa de nuestros pecados.
  • Corazón agonizante de Jesús que pediste tres veces a tu padre celestial alejase de ti el cáliz de tu pasión.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has repetido tres veces esta oración: Padre mío, que se haga tu voluntad y no la mía.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has hecho esta queja amorosa a tus apóstolos: ¡Cómo! ¿no has podido velar un ahora conmigo?
  • Corazón agonizante de Jesús, cubierto por la violencia del dolor y por el exceso de tu amor, con un sudor de sangre abundante, que empapó la tierra donde estaba prosternado.
  • Corazón agonizante de Jesús, abierto para los pobres pecadores.
  • Corazón agonizante de Jesús, abismo de misericordias.
  • Corazón agonizante de Jesús, que nunca te cansas de nuestros ruegos.
  • Corazón agonizante de Jesús, en el que esperamos contra toda esperanza.
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestro asilo contra tu propia cólera.
  • tribunal de misericordia, al que podemos apelar en los decretos de tu justicia.
  • Corazón agonizante de Jesús, donde la justicia y la misericordia se han abrazado.
  • Corazón agonizante de Jesús, obediente hasta la muerte de cruz.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has pagado por nuestras iniquidades.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has convertido al ladrón crucificado a tu derecha.
  • Corazón agonizante de Jesús, que nos has prodigado tu dulzura.
  • Corazón agonizante de Jesús, al que en cambio hemos vuelto hiel y vinagre.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has encomendado tu alma santísima en las manos de tu Padre.
  • Corazón agonizante de Jesús, víctima infinitamente agradable a tu Padre.
  • Corazón agonizante de Jesús, víctima a quien consumió el fuego de amor.
  • Corazón agonizante de Jesús, sacrificio perpetuo.
  • Corazón agonizante de Jesús, sacrificio que aplacas la justicia divina.
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestra luz en la sombras de la muerte.
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestra fuerza en el último combate.
  • Corazón agonizante de Jesús, sacrificio perpetuo.
  • Corazón agonizante de Jesús, que aplacas la justicia divina.
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestra luz en las sombras de la muerte
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestra fuerza en el último combate.
  • Corazón agonizante de Jesús, dulce refugio y consuelo de los agonizantes.
  • Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
  • Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos Señor.
  • Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia de nosotros Señor.

V. Corazón agonizante de Jesús, esperanza de los que mueren en ti.
R. Ten misericordia de los moribundos

Oración

¡Oh amantísimo Señor Jesús! Que has querido nacer, sufrir y morir por salvar a todos los hombres, es en nombre de todas las pobres almas que sufren en este instante y que sufrirán en el día de los combates de la agonía, que te suplicamos humildemente les concedas la gracia, por los dolores de tu Corazón agonizante, del arrepentimiento y del perdón. Dígnate, oh divino Salvador, escuchar esta almas que has rescatado con tu preciosísima sangre y que te claman por la intervención de sus hermanos en la fe. Es hacia Ti, Oh Corazón agonizante de Jesús, que vuelven nuestras miradas moribundas y la esperanza de nuestras almas en este día del último combate en que por la mañana no esperamos ver la tarde, y en la tarde no esperamos ver la mañana, en que todo es luto y abandono en torno nuestro; nuestros cuerpos caen en la disolución, nuestras almas están sobrecogidas de espanto, nuestros ojos ya nublados se fijan en tu imagen crucificada, Oh Jesús, y en la de tu Corazón herido por los pecadores… Vemos esta herida abierta para ofrecernos un asilo contra los enemigos de nuestra salvación… En ella buscamos nuestro refugio… ¡Oh Corazón lleno de compasión hacia nosotros! Sálvanos, ocúltanos a tu propia justicia, y no nos trates según nuestras iniquidades. Sálvanos, Señor, puesto que tu adorable nombre ha sido invocado sobre nosotros en el bautismo, por la Iglesia, tu santa esposa; no olvides que María, tu Madre, es también la nuestra; tu corazón y nuestros labios la han proclamado inmaculada y siempre Virgen. Danos la fe y la contrición que diste al buen ladrón; acepta nuestros dolores y nuestras angustias en unión a tu dolorosa agonía; dígnate oh misericordiosísimo Redentor del mundo, dejar caer sobre nuestras almas una gota de ese sudor divino que destiló de tu sagrado cuerpo en el huerto de los Olivos, y de la sangre preciosa que salió de tu santísimo corazón herido con la lanza en la cruz. La fuerza y la dulzura de este celestial licor lavará todas nuestras iniquidades, será el bálsamo divino que sanará nuestras llagas y nos reconciliará contigo. Oh Jesús; en fin, Oh Corazón agonizante de nuestro Salvador y de nuestro juez, atiende a nuestro deseos; que sostenidos por María, nuestra tierna madre, y por san José, nuestro poderos protector, tengamos la dicha de unirnos a ti por toda la eternidad. Amén.

Prácticas

1º Rezar por los agonizantes tres Padre nuestro en memoria de la pasión del Señor y tres Ave María, en memoria de los dolores de María.
2º Procura a los agonizantes la asistencia de un sacerdote, y si no lo consigues, asístelos tú mismo haciéndoles repetir los dulces nombres de Jesús y María.
3º Inspírales sentimientos de humildad filial confianza.
4º Ponles el escapulario de N. S. del Carmen, pues el que muera revestido con esta divisa no caerá en el infierno, María lo ha dicho y no puede engañarnos.
5º Inspira al enfermo que se abandone completamente entre los brazos del S.S. José, este padre protector especial de la buena muerte, que tiene gran poder para conseguir para los que le invoquen la gracia de expiar dulcemente como él entre los brazos de Jesús y María.
5º Enseña a todos los que no la conozcan, la devoción del Corazón agonizante: introdúcela en las familias, en las comunidades y entre tus amigos; y no dudes que aquel Sagrado Corazón te bendecirá. Si por el fervor de tus oraciones llegas a salvar cada día un alma, serán, al cabo de un año trescientas sesenta y cinco las que habrás salvado… en diez años serán tres mil seiscientas cincuenta. ¡Qué cosecha! ¡Qué corona para la eternidad!

Letanías del Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros
Jesucristo óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Corazón de Jesús, Hijo del Padre Eterno,
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, al Verbo de Dios substancialmente unido,
Corazón de Jesús, de majestad infinita,
Corazón de Jesús, Templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, Horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, Santuario de justicia y de amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en que están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en que mora toda la plenitud de la divinidad,
Corazón de Jesús, en que el Padre se agradó,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nosotros hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y muy misericordioso,
Corazón de Jesús, liberal con todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
Corazón de Jesús, desgarrado por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, con lanza traspasado,
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan,
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren,
Corazón de Jesús, delicias de todos los Santos,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
V.- Jesús manso y humilde de corazón.
R.- Haz nuestro corazón conforme al tuyo.

Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno: mira el Corazón de tu amantísimo Hijo y las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te tributa; y concede aplacado el perdón a éstos que piden tu misericordia en el nombre de tu mismo Hijo Jesucristo. Quien contigo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.

A todas las invocaciones que siguen se responde: “Ten misericordia de nosotros”

Acto de Consagración a Ntra. Sra. del Sagrado Corazón


¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, Madre de la divina misericordia, puerta del Cielo, dispensadora de los dones de Dios. Mírame aquí postrado a tus pies. Puesto que tú eres la consoladora de los afligidos, la saluda de todos, sé también mi consuelo, mi refugio y mi salud.

A ti te invoco como la confianza de los justos, la esperanza de los desesperados, la fuerza de los débiles y la paz de los corazones agitados. A ti dirijo, tierna Madre mía, mis suplicantes miradas, y me pongo desde ahora y para siempre jamás bajo tu poderosa y maternal protección. A ti consagro mi espíritu con todos sus pensamientos, mi corazón con todos sus afectos; en una palabra, mi ser todo entero.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ven en socorro mío. Aleja de mí al demonio con sus asechanzas; haz que yo ame a Dios sobre todas las cosas, que le sirva fielmente y que tenga la dicha de morir en su santo amor para reinar eternamente contigo en su gloria. Así sea.


Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros. (Tres veces).

Invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús

Amor del Corazón de Jesús, abrásanos.
Caridad del Corazón de Jesús, derrámate en nosotros.
Fuerza del Corazón de Jesús, sostennos.
Misericordia del Corazón de Jesús, perdónanos.
Paciencia del Corazón de Jesús, no te canses de nosotros.
Reino del Corazón de Jesús, establécete en nosotros.
Voluntad del Corazón de Jesús, dispón de nosotros.
Celo del Corazón de Jesús, inflámanos.
Virgen Inmaculada, ruega por nosotros al Corazón de Jesús.

NTRA. SRA. DEL SAGRADO CORAZÓN


Nuestra Señora del Sagrado Corazón no es solamente un nombre, es sobre todo una forma de presentar y conocer a María, una manera de contemplarla y rezarla, una síntesis de la rica tradición de devoción y teología que se encuentra en la Iglesia desde los Tiempos del Nuevo Testamento, concerniente al papel que Dios ha concedido a María en su plan de salvación.

Este título mariano es uno de los pocos que relacionan a María explícitamente con su Hijo, y sobre todo con el Corazón de su Hijo; que se concentra en el misterio de su ser y la esencia de su misión. Una de las características de este título es que no nos presenta a María sola, sino en relación con Jesús y a través de El con toda la Trinidad.

LA IMAGEN: María con su Hijo en brazos, éste mostrando su Corazón y a su Madre y ésta tomando el Corazón de su Hijo con la mano derecha.

- El punto central de la representación escultórica es Jesús con su corazón abierto por la lanza del soldado. El Corazón representa el centro de la persona: la esencia, lo característico y lo fundamental de la persona. En el caso de Jesús: su fuente de vida, su amor sin límites, su donación absoluta por nosotros.

- Jesús nos muestra cariñosamente a su Madre: es en ella donde ha hallado una real sintonía con su Corazón, con la profundidad de su ser.

- María con su Hijo en brazos rememora el misterio de su virginal maternidad, el gran hecho histórico de la encarnación de Dios por obra del Espíritu Santo.

La devoción al Sagrado Corazón es un compendio de toda la vida cristiana. El Sagrado Corazón significa la persona integral de Cristo mirada especialmente en la profundidad de su personalidad: el Amor.

En 1855 el P. Julio Chevalier tuvo la inspiración de llamar a María “Nuestra Señora del Sagrado Corazón”. No fue fruto de ninguna revelación o aparición especial, sino la consecuencia de la reflexión sobre el Sagrado Corazón y el misterio de María. Escribió estas líneas:

“Usando este título, damos gracias y glorificamos a Dios, por haber elegido a María, entre todas sus criaturas, para concebir en su seno virginal y de su propia sustancia el Corazón adorable de Jesús, honramos de una manera especial los sentimientos de amor, de humilde sumisión, de respeto filial que Jesús sintió en su Corazón hacia su Madre. Con este título especial reconocemos el poder inefable que nuestro Señor dio a su Madre para conducirnos al Corazón de su Hijo, de revelarnos los misterios de amor y de misericordia que contiene, de abrirnos los tesoros de gracias de los que es fuente, y de distribuirlos personalmente a todos los que recurren a ella e invocan su intercesión poderosa. Todo está contenido en esta invocación: “Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros.”

CONSAGRACIÓN DE LOS NIÑOS A NTRA. SRA. DEL SAGRADO CORAZÓN

Con verdadera complacencia, Nuestra Señora del Sagrado Corazón, coloco bajo tu materno y poderosa protección a este querido hijo(a) mío(a), que te consagro hoy. Que él (ella) sea siempre el objeto de tu tierna solicitud. Vela sobre él (ella), consérvale la inocencia y la santidad. Que crezca bajo tus miradas en sabiduría y en virtud. Haz, Señora y Madre mía, que sea la alegría de sus padres y la gloria de la Iglesia, y que después de servir a Dios en el tiempo, tenga la recompensa de los santos en la eternidad. Esta gracia te pido, Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Así sea.