viernes, 28 de enero de 2011

Evangelio del sábado 29 de enero de 2011

* Primera Lectura: Hebreos 11, 1-2.8-19
"Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios"

Hermanos: La fe es el fundamento de lo que se espera y la prueba de lo que no se ve. Por ella obtuvieron nuestros antepasados la aprobación de Dios. Por la fe, Abrahán, obediente a la llamada divina, salió hacia una tierra que iba a recibir en posesión, y salió sin saber a dónde iba.
Por la fe vivió como extranjero en la tierra que se le había prometido, habitando en tiendas; y lo mismo hicieron Isaac y Jacob, herederos como él de la misma promesa. Vivió así porque esperaba una ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Por la fe, a pesar de que Sara era estéril y de que él mismo ya no tenía la edad apropiada, recibió fuerza para fundar una descendencia, porque confió en quien se lo había prometido. Por eso, de un solo hombre, sin vigor ya para engendrar, salió una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena de la orilla del mar.
Todos estos murieron sin haber conseguido la realización de las promesas, pero a la luz de la fe las vieron y saludaron de lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Los que así hablan ponen de manifiesto que buscan una patria.
Indudablemente, si la patria que añoraban era aquella de donde habían salido, oportunidad tenían de regresar a ella. Pero a lo que aspiraban era a una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no se avergüenza de que le llamen su Dios, porque les preparó una ciudad.
Por la fe, Abrahán, sometido a prueba, estuvo dispuesto a sacrificar a Isaac; y era su hijo único a quien inmolaba el que había recibido las promesas, aquel a quien se había dicho: De Isaac te nacerá una descendencia.
Pensaba Abrahán que Dios era capaz de resucitar a los muertos. Por eso el recobrar a su hijo fue para él como un símbolo.
* Interleccional: Lucas 1
Bendito sea el Señor, que ha visitado a su pueblo.

Nos ha suscitado una fuerza salvadora en la familia de David, su siervo: como lo había prometido desde antiguo por medio de sus santos profetas.
R. Bendito sea el Señor, que ha visitado a su pueblo.

Para salvarnos de nuestros enemigos y del poder de todos los que nos odian. De este modo mostró el Señor su misericordia a nuestros antepasados y se acordó de su santa alianza.
R. Bendito sea el Señor, que ha visitado a su pueblo.

Del juramento que hizo a nuestro antepasado Abrahán, para concedernos que, libres de nuestros enemigos, podamos servirlo sin temor, con santidad y justicia en su presencia toda nuestra vida.
R. Bendito sea el Señor, que ha visitado a su pueblo.
* Evangelio: Marcos 4, 35-41
"¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!"

Aquel día, al caer la tarde, Jesús dijo a sus discípulos:
«Pasemos a la otra orilla».
Ellos dejaron a la gente y lo llevaron en la barca, tal como estaba. Otras barcas lo acompañaban. Se levantó entonces una fuerte tempestad y las olas entraban en la barca, de manera que la barca estaba ya hundiéndose.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre un cojín; y lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
El se levantó, ordenó calmarse al viento y dijo al lago:
«¡Cállate! ¡Enmudece!»
El viento amainó y sobrevino una gran calma.
Y a ellos les dijo:
«¿Por qué son tan cobardes? ¿Todavía no tienen fe?»
Ellos se llenaron de un gran temor y se decían unos a otros:
«¿Quién es éste, que hasta el viento y el lago lo obedecen?»

Evangelio del viernes 28 de enero de 2011

# Primera Lectura: Hebreos 10, 32-39
"Han soportado grandes luchas. No pierdan, pues, la confianza"

Hermanos: Recuerden aquellos primeros días en que, recién iluminados por el bautismo, soportaron duros y dolorosos combates. Unas veces fueron expuestos públicamente a insultos y tormentos; otras, compartiendo los sufrimientos de los hermanos que eran maltratados. Pues se compadecieron de los que estaban en la cárcel y aceptaron con alegría que los despojaran de sus bienes, sabiendo que están en posesión de otros bienes mejores y perdurables.
Por lo tanto, no pierdan la confianza, pues la recompensa es grande. Lo que ahora necesitan es la perseverancia, para cumplir la voluntad de Dios alcanzar lo prometido.
Atiendan a lo que dice la Escritura: “Pronto, muy pronto, el que ha de venir vendrá sin retraso; y mi justo vivirá por la fe, pero si desconfía, dejará de agradarme”. Pero nosotros no somos de los que retroceden para su perdición, sino hombres de fe destinados a salvarnos.
# Salmo Responsorial: 36
"La salvación del justo es el Señor."

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas.
R. La salvación del justo es el Señor.

Pon tu vida en las manos del Señor, en él confía, y hará que tu virtud y tus derechos brillen igual que el sol de mediodía.
R. La salvación del justo es el Señor.

Porque aprueba el camino de los justos, asegura el Señor todos sus pasos; no quedarán por tierra cuando caigan, porque el Señor los tiene de su mano.
R. La salvación del justo es el Señor.

La salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo. A quien en él confía, Dios lo salva de los hombres malvados.
R. La salvación del justo es el Señor.
# Evangelio: Marcos 4, 26-34
"El sembrador echa la simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo"

En aquel tiempo decía Jesús a las muchedumbres:
«Sucede con el reino de Dios lo mismo que con el grano que un hombre echa en la tierra. No importa que él esté dormido o despierto, que sea de noche o de día. El grano germina y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da fruto por sí misma; primero un tallo, luego la espiga, después el trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto está a punto, en seguida se corta con la guadaña, porque ha llegado la cosecha».
Proseguía diciendo:
«¿Con qué comparemos el reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Sucede con él lo que con un grano de mostaza. Cuando se siembra en la tierra es la más pequeña de todas las semillas. Pero, una vez sembrada, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra».
Con muchas parábolas como éstas Jesús les anunciaba el mensaje, adaptándose a su capacidad de entender. No les decía nada sin parábolas. A sus propios discípulos, sin embargo, les explicaba todo en privado.

miércoles, 26 de enero de 2011

Evangelio del jueves 27 de enero de 2011

# Primera Lectura: Hebreos 10, 19-25
"Mantengamos firme, con la plenitud de la fe, la profesión de nuestra esperanza, estimulándonos mutuamente al ejercicio de la caridad"

Hermanos: En virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario; porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo, tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.
Acerquémonos pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su Palabra; estimulémonos mutuamente con el ejemplo al ejercicio de la caridad y las buenas obras.
No abandonemos la costumbre de asistir a nuestras asambleas, como algunos acostumbran, sino animémonos los unos a los otros, tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.
# Salmo Responsorial: 23
"Busquemos a Dios, nuestro Señor."

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene; el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares; él fue quien lo asentó sobre los ríos.
R. Busquemos a Dios, nuestro Señor

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.
R. Busquemos a Dios, nuestro Señor.

Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.
R. Busquemos a Dios, nuestro Señor.
# Evangelio: Marcos 4, 21-25
"La misma medida que utilicen para tratar a los demás, se usará para tratarlos a ustedes"

En aquel tiempo dijo Jesús a la multitud:
«¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga».
Siguió hablándoles y les dijo:
«Pongan atención a lo que están oyendo: La misma medida que utilicen para tratar a los demás, ésa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará».

Evangelio del miércoles 26 de enero de 2011

* Primera Lectura: II Timoteo 1,1-8
"Refrescando la memoria de tu fe sincera"

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.
* Salmo Responsorial: 95
"Contad las maravillas del Señor a todas las naciones."

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Decid a los pueblos: "El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente." R.
* Evangelio: Lucas 10,1-9
"La mies es abundante y los obreros pocos"

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Miras que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, por que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed los que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios.""

lunes, 24 de enero de 2011

Evangelio del martes 25 de enero de 2011

Fiesta de la Conversión de San Pablo


Primera Lectura: Hechos 22, 3-16
"Levántate, recibe el bautismo que por la invocación del nombre de Jesús lavará tus pecados"

En aquellos días, Pablo dijo al pueblo:
«Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me eduqué en esta ciudad. Mi maestro fue Gamaliel; él me instruyó en la fiel observancia de la ley de nuestros antepasados; siempre he defendido con pasión las cosas de Dios, como ustedes hoy.
Yo perseguí a muerte el camino cristiano, encadenando y encarcelando a hombres y mujeres.
Y de ello pueden dar testimonio el sumo sacerdote y todos los miembros del Consejo. Después de recibir de ellos mismos cartas de presentación para los hermanos, me dirigía a Damasco, con ánimo de traer encadenados a Jerusalén a los creyentes que allí hubiera, para que fueran castigados.
Iba, pues, camino de Damasco, y cuando ya estaba cerca de la ciudad, hacia el mediodía, de repente brilló a mi alrededor una luz cegadora venida del cielo; caí al suelo, y oí una voz que me decía:
«Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
Yo respondí:
«¿Quién eres, Señor?»
Me contestó:
«Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues».
Los que venían conmigo vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
Yo pregunté:
«¿Qué debo hacer, Señor?»
El Señor me respondió:
«Levántate y vete a Damasco; allí te dirán lo que debes hacer».
Como no veía nada, debido al resplandor de aquella luz, entré en Damasco de la mano de mis compañeros. Un cierto Ananías, varón piadoso según la ley y muy respetado por todos los judíos que allí vivían, vino a verme y me dijo:
«Hermano, Saulo, recobra la vista».
Y en aquel mismo instante recobré la vista y vi a Ananías. El añadió:
«El Dios de nuestros antepasados te ha elegido para que conozcas su voluntad, para que veas al Justo y oigas su voz. Porque serás testigo suyo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. No pierdas tiempo, ahora; levántate, recibe el bautismo, y purifícate de tus pecados invocando su nombre».

Salmo Responsorial: 116
"Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio."

Que alaben al Señor todos los pueblos, que todas las naciones lo festejen.
R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.

Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.
R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.

Evangelio: Marcos 16, 15-18
"Vayan al mundo y proclamen el Evangelio"

En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once, y les dijo:
«Vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará, pero el que no crea, se condenará. A los que crean, les acompañarán estas señales: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán en lenguas nuevas, cogerán serpientes con sus manos, y, aunque beban un veneno, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos sanarán».

Evangelio del lunes 24 de enero de 2011

San Francisco de Sales, Obispo de Ginebra

Primera Lectura: Hebreos 9, 15. 24-28
"Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos; se manifestará por segunda vez para dar la salvación a los que lo esperan"

Hermanos: Cristo es el mediador de la alianza nueva, pues él ha borrado con su muerte las transgresiones de la antigua alianza, para que los elegidos reciban la herencia eterna que se les había prometido.
Por eso Cristo no entró en un santuario construido por hombres –que no pasa de ser simple imagen del verdadero–, sino en el mismo cielo, a fin de presentarse ahora ante Dios para interceder por nosotros. Tampoco tuvo que ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote, que entra en el santuario una vez al año con sangre ajena. De lo contrario, debería haber padecido muchas veces desde la creación del mundo, siendo así que le bastó con manifestarse una sola vez, en este tiempo final, para destruir el pecado con su sacrificio.
Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, después de lo cual vendrá un juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para tomar sobre sí los pecados de la multitud, y por segunda vez aparecerá, ya sin relación con el pecado, para dar la salvación a los que lo esperan.

Salmo Responsorial: 97
"Canten al Señor un canto nuevo."

Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; su mano le ha dado la victoria, su santo brazo.
R. Canten al Señor un canto nuevo.

El Señor hace pública su victoria, a la vista de las naciones muestra su salvación: ha recordado su amor y su fidelidad en favor de Israel.
R. Canten al Señor un canto nuevo.

Toda la tierra ha visto la victoria de nuestro Dios. ¡Aclamen al Señor, habitantes de toda la tierra, estallen de gozo, griten de alegría, canten!
R. Canten al Señor un canto nuevo.

Canten al Señor con la cítara, con la cítara y los demás instrumentos; al son de trompetas y clarines, aclamen al Señor, que es rey.
R. Canten al Señor un canto nuevo.

Evangelio: Marcos 3, 22-30
"Satanás ha sido derrotado"

En aquel tiempo, unos escribas de Jerusalén decían acerca de Jesús:
«Tiene dentro a Belzebú».
Y añadían:
«Con el poder del príncipe de los demonios expulsa a los demonios».
Jesús los llamó y les propuso estas comparaciones:
«¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede permanecer. Si una familia está divida contra sí misma, esa familia no puede permanecer. Si Satanás se ha rebelado contra sí mismo y está divido, no puede permanecer sino que está llegando a su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al fuerte; sólo entonces podrá saquear su casa.
Les aseguro que todo se les podrá perdonar a los hombres, los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás; será considerado culpable para siempre».
Decía eso porque lo acusaban de estar poseído de un espíritu inmundo.

sábado, 22 de enero de 2011

Evangelio del domingo 23 de enero de 2011

TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lectura del libro del Profeta Isaías
  • Primera Lectura: Isaías 8,23b-9,3
    "En Galilea de los paganos, el pueblo vio una luz grande"
    Como el tiempo primero ultrajó a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí, así el postrero honró el camino del mar, allende el Jordán, el distrito de los gentiles.El pueblo que andaba a oscuras vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos.Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín.Porque el yugo que les pesaba y la barra que oprimía sus hombros, la vara de su tirano, has roto, como el día de Madián.
Palabra de Dios:
Te alabamos Señor
  • Salmo Responsorial: 26
    "El Señor es mi luz y mi salvación."


    El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
    R. El Señor es mi luz y mi salvación.

    Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón me dice que te busque y buscándote estoy.
    R. El Señor es mi luz y mi salvación.

    No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me abandones ni me dejes solo, Dios y salvador mío.
    R. El Señor es mi luz y mi salvación.

    La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
    R. El Señor es mi luz y mi salvación.

Lectura del la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintion
  • Segunda Lectura: I Corintios 1, 10-13.17
    "Que no haya divisiones entre ustedes"


    Hermanos: Los exhorto en nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que vivan en concordia para que no haya divisiones entre ustedes. Estén perfectamente unidos en un mismo sentir y pensar.
    Hermanos, me he enterado por algunos servidores de Cloe de que hay discordias entre ustedes. Les digo esto, porque andan divididos diciendo:
    «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo».
    ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O han sido bautizados en nombre de Pablo? No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

Palabra de Dios:
Te alabamos Señor

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
Gloria a Ti Señor
  • Evangelio: Mateo 4, 12-23
    "Fue a Cafarnaún para que se cumpliese la profecía de Isaías"

    Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se fue a Cafarnaún, junto al lago, en territorio de Sabulón y Neftalí; para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías:
    “Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; a los que vivían en tierra de sombras una luz les resplandeció.
    Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo”:
    «Conviértanse, porque está cerca el Reino de los cielos».
    Pasando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado después Pedro, y a Andrés, los cuales estaban echando las redes en el lago, porque eran pescadores. Jesús les dijo:
    «Síganme y los haré pescadores de hombres».
    Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron. Pasando más adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca remendando las redes. Jesús los llamó también. Dejaron enseguida la barca y a su padre y lo siguieron.
    Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios, curando de toda enfermedad y dolencia a la gente.

Palabra de Dios:
Te alabamos Señor

viernes, 21 de enero de 2011

Evangelio del sábado 22 de enero de 2011

  • Primera Lectura: Hebreos 9, 2-3.6-7.11-14
    "Con su propia sangre, Cristo entró para siempre en el santuario"

    Hermanos: La tienda tenía un primer recinto llamado «el lugar santo» en el que se encontraban el candelabro, la mesa y los panes de la ofrenda. Detrás del segundo velo estaba el recinto llamado «el lugar santísimo».
    Dispuestas así las cosas, en la primera parte de la tienda entran en todo tiempo los sacerdotes para celebrar el culto. Pero en la segunda parte no entra más que el sumo sacerdote, una vez al año, llevando siempre sangre que ofrece por sus pecados y por los pecados involuntarios del pueblo.
    Cristo, en cambio, ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Por medio de una tienda más grande y más perfecta, no hecha por hombres, –es decir, no es de este mundo–, mediante su propia sangre y no por medio de la sangre de chivos y de toros, Cristo entró de una vez para siempre en el santuario
    habiendo conseguido una redención eterna.
    Porque, si la sangre de chivos y toros y las cenizas de una ternera con las que se rocía a las personas en estado de impureza, tienen poder para restaurar la pureza exterior, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo a Dios como víctima perfecta, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte para que podamos dar culto al Dios vivo!

  • Salmo Responsorial: 46
    "Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono."

    Todos los pueblos, aplaudan: aclamen a Dios con gritos de alegría: porque el Señor es grande y temible, es el rey de toda la tierra.
    R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono.

    Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al sonido de las trompetas. Toquen para Dios, toquen; toquen para nuestro rey, toquen.
    R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono.

    Porque Dios es el rey de toda la tierra: toquen con destreza. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su santo trono.
    R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono.

  • Evangelio: Marcos 3, 20-21
    "Sus parientes decían que estaba trastornado"

    En aquel tiempo, Jesús regresó a casa con sus discípulos, y acudió tanta gente, que no podían ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron para llevárselo, pues decían que estaba trastornado.

Evangelio del viernes 21 de enero de 2011

  • Primera Lectura: Hebreos 8, 6-13
    "Es mediador de una alianza mejor"

    Hermanos: Jesús ha recibido un ministerio tanto más elevado cuanto que es mediador de una alianza superior y fundada en mejores promesas.
    En efecto, si la primera alianza hubiera sido perfecta, no habría sido necesario buscar una segunda. Pero es un reproche el que les Dios hace cuando dice:
    «Vienen días, dice el Señor, en que yo haré con el pueblo de Israel y de Judá una alianza nueva; no como la alianza que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto. Ellos no fueron fieles a mi alianza y por eso los rechacé, dice el Señor.
    Pero ésta es la única alianza que yo haré con el pueblo de Israel después de aquellos días, dice el Señor. Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Nadie tendrá ya que instruir a su hermano diciendo: “Conoce al Señor”, porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor. Pues yo perdonaré su maldad y no me acordaré de sus pecados».
    Al decir alianza nueva, Dios ha declarado vieja a la primera; ahora bien, lo que se vuelve viejo y anticuado, está a punto de desaparecer.

  • Salmo Responsorial: 84
    "El amor y la fidelidad se encuentran."

    Muéstranos, Señor, tu amor y danos tu salvación. Sí, la salvación está cerca de los que le honran, Dios habitará en nuestra tierra.
    R. El amor y la fidelidad se encuentran.

    El amor y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se abrazan; la fidelidad surge de la tierra y la justicia se asoma desde el cielo.
    R. El amor y la fidelidad se encuentran.

    El Señor también nos dará la lluvia y nuestra tierra dará su cosecha; la justicia irá delante de él y seguirá su camino.
    R. El amor y la fidelidad se encuentran.

  • Evangelio: Marcos 3, 13-19
    "Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros"

    En aquel tiempo, Jesús subió a la montaña, llamó a los que él quiso y se acercaron a él. Designó entonces a doce, a los que llamó apóstoles, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con poder de expulsar a los demonios. Designó a estos doce: A Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro; a Santiago, el Hijo de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananeo y Judas Iscariote, el que lo entregó.

jueves, 20 de enero de 2011

Evangelio del jueves 20 de enero de 2011

San Sebastián
  • Primera Lectura: Hebreos 7, 25-28; 8, 1-6
    "Ofreció sacrificios de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo"

    Hermanos: Jesús puede perpetuamente salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder por ellos.
    Tal es, en efecto, el sumo sacerdote que nos hacía falta: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado por encima de los cielos. El no tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer cada día sacrificios por sus propios pecados antes de ofrecerlos por los del pueblo, porque esto lo hizo de una vez para siempre ofreciéndose a sí mismo. Y es que la ley constituye sumos sacerdotes a hombres frágiles, pero la palabra del juramento, que es posterior a la ley, constituye sumo sacerdote al Hijo, a quien Dios hizo perfecto para siempre.
    Esto es lo más importante de lo que estamos diciendo: que tenemos un sumo sacerdote que se sentó en los cielos a la derecha del trono de Dios, como ministro del santuario y de la verdadera tienda de la presencia levantada por el Señor, y no por un hombre.
    Porque todo sumo sacerdote es constituido para ofrecer dones y sacrificios; por eso era necesario que también Jesús tuviera algo que ofrecer. Pero si Jesús continuara sobre la tierra, no sería ni siquiera sacerdote, porque ya existen sacerdotes para ofrecer los dones según la ley. Estos sacerdotes celebran un culto que es sólo una imagen, una sombra de las realidades celestes, según la advertencia divina hecha a Moisés cuando se disponía a construir la tienda de la presencia: Mira –le dijo– hazlo todo conforme al modelo que se te mostró en la montaña.
    Pero ahora, Jesús ha recibido un ministerio tanto más elevado cuanto que es mediador de una alianza superior y fundada en promesas mejores.

  • Salmo Responsorial: 39
    "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad."

    Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero hiciste que te escuchara; no pides holocaustos ni víctimas, entonces yo digo: «Aquí estoy».
    R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

    Para hacer lo que está escrito en el libro acerca de mí. Amo tu voluntad, Dios mío, llevo tu ley en mi interior.
    R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

    He proclamado tu fidelidad en la gran asamblea; tú sabes, Señor, que no me he callado.
    R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

    Pero que se alegren y se regocijen contigo todos los que te buscan; que los que anhelan tu salvación repitan: «¡Qué grande es el Señor!»
    R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

  • Evangelio: Marcos 3, 7-12
    "Los espíritus impuros gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios», pero Jesús les prohibía que lo diesen a conocer"

    En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a orillas del lago y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de Transjordania y de la región de Tiro y Sidón acudió a él una gran multitud, al enterarse de lo que hacía.
    Como había mucha gente, encargó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que no lo estrujaran.
    Pues había sanado a muchos y, quienes padecían dolencias se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus impuros, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban:
    «Tú eres el Hijo de Dios».
    Pero él les prohibía enérgicamente que lo descubrieran.

SAN SEBASTIAN

Mártir


Fiesta: 20 de enero

Nació en Narbona (Francia) en el año 256, pero se educó en Milán. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios de idolatría. Como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de su religión. Fue denunciado al emperador Maximiano, quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo.

El santo escogió la milicia de Cristo; decepcionando al emperador, le amenazó de muerte, pero Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximiano, le condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos, se acercaron y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene, que lo mantuvo escondido y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.

Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero Sebastián se negó rotundamente. Se presentó con valentía ante el emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y Sebastián le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximiano mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián. Murió en el año 288.

SU CULTO

El culto a San Sebastián es muy antiguo; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión, y además es llamado "el Apolo cristiano" ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general. Su fiesta se celebra el 20 de enero y ha estado siempre unida a la de San Fabian, en la festividad de los Santos Mártires.

Evangelio del miércoles 19 de enero de 2011

  • Primera Lectura: Hebreos 7, 1-3.15-17
    "Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec"

    Hermanos: Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abrahán cuando éste regresaba de vencer a los reyes y lo bendijo. Abrahán, por su parte, le dio el diezmo de todo.
    Melquisedec, cuyo nombre significa en primer lugar rey de justicia y luego rey de Salem, es decir, rey de paz, se presenta sin padre, ni madre, ni antepasados; no se conoce el comienzo ni el fin de su vida, y así, a semejanza del Hijo de Dios, es sacerdote para siempre.
    Esto es aún más evidente si surge otro sacerdote que, a semejanza de Melquisedec, no lo es en virtud de un sistema de leyes terrenas, sino por la fuerza de una vida indestructible, pues así está testificado:
    Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

  • Salmo Responsorial: 109
    "Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec."

    Oráculo del Señor a mi señor: «Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies».
    R. Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

    Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu reinado. ¡Domina en medio de tus enemigos!
    R. Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

    «Tuyo es el señorío desde el día de tu nacimiento en el templo; antes de la aurora, como rocío, te engendré».
    R. Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

    El Señor lo ha jurado y no se retractará: «Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec».
    R. Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

  • Evangelio: Marcos 3, 1-6
    "¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?"

    En aquel tiempo, entró Jesús de nuevo en la sinagoga y había allí un hombre que tenía la mano atrofiada. Lo estaban acechando para ver si lo sanaba en sábado, y tener así un motivo para acusarlo. Jesús dijo entonces al hombre de la mano atrofiada:
    «Levántate y ponte ahí en medio».
    Y a ellos les preguntó:
    «¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o destruirla?»
    Ellos permanecieron callados.
    Mirándolos con indignación y entristecido por la dureza de su corazón, dijo al hombre:
    «Extiende la mano».
    El la extendió y su mano quedó restablecida.
    En cuanto salieron, los fariseos se pusieron de acuerdo con los herodianos para planear el modo de acabar con él.

Evangelio del martes 18 de enero de 2011

  • Primera Lectura: Hebreos 6,10-20
    "La esperanza que se nos ha ofrecido es para nosotros como ancla segura y firme"

    Hermanos: Dios no es injusto para olvidarse de vuestro trabajo y del amor que le habéis demostrado sirviendo a los santos ahora igual que antes. Deseamos que cada uno de vosotros demuestre el mismo empeño hasta el final, para que se cumpla vuestra esperanza, y no seáis indolentes, sino imitad a los que, con fe y perseverancia, consiguen lo prometido.

    Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo a nadie mayor por quien jurar, juró por sí mismo, diciendo: "Te llenaré de bendiciones y te multiplicaré abundantemente." Abrahán, perseverando, alcanzó lo prometido. Los hombres juran por alguien que sea mayor y, con la garantía del juramento, queda zanjada toda discusión. De la misma manera, queriendo Dios demostrar a los beneficiarios de la promesa la inmutabilidad de su designio, se comprometió con juramento, para que por dos cosas inmutables, en las que es imposible que Dios mienta, cobremos ánimos y fuerza los que buscamos refugio en él, asiéndonos a la esperanza que se nos ha ofrecido. La cual es para nosotros como ancla del alma, segura y firme, que penetra más allá de la cortina, donde entró por nosotros, como precursor, Jesús, sumo sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec.

  • Salmo Responsorial: 110
    "El Señor recuerda siempre su alianza."

    Doy gracias al Señor de todo corazón,
    en compañía de los rectos, en la asamblea.
    Grandes son las obras del Señor,
    dignas de estudio para los que las aman. R.

    Ha hecho maravillas memorables,
    el Señor es piadoso y clemente.
    Él da alimento a sus fieles,
    recordando siempre su alianza. R.

    Envió la redención a su pueblo,
    ratificó para siempre su alianza,
    su nombre es sagrado y temible.
    La alabanza del Señor dura por siempre. R.

  • Evangelio: Marcos 2,23-28
    "El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado"

    Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: "Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?" Él les respondió: "¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros." Y añadió: "El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado."

Evangelio del lunes 17 de enero de 2011

  • Primera Lectura: Hebreos 5, 1-10
    "A pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer"

    Hermanos: Todo sumo sacerdote, en efecto, es tomado de entre los hombres y puesto al servicio de Dios en favor de los hombres, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Está en grado de ser comprensivo con los ignorantes y los extraviados, ya que él también está lleno de flaquezas, y a causa de ellas debe ofrecer sacrificios por los pecados propios, a la vez que por los del pueblo. Nadie puede recibir esta dignidad, sino aquel a quien Dios llama, como ocurrió en el caso de Aarón. Así también Cristo no se apropió la gloria de ser sumo sacerdote, sino que se la confirió Dios, quien le dijo:
    Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.
    O como dice también en otro lugar:
    Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.
    El mismo Cristo, que en los días de su vida mortal presentó oraciones y súplicas con grandes gritos y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, fue escuchado en atención a su actitud reverente; y precisamente porque era Hijo, aprendió sufriendo a obedecer. Llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, y ha sido proclamado por Dios sumo sacerdote a la manera de Melquisedec.

  • Salmo Responsorial: 109
    "Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec."

    Oráculo del Señor a mi señor: «Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies».
    R. Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

    Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu reinado. ¡Domina en medio de tus enemigos!
    R. Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

    «Tuyo es el señorío desde el día de tu nacimiento en el templo; antes de la aurora, como rocío, te engendré».
    R. Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

    El Señor lo ha jurado y no se retractará: «Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec».
    R. Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.

  • Evangelio: Marcos 2, 18-22
    "El novio está con ellos"

    En aquel tiempo, un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decir a Jesús:
    «¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y en cambio los tuyos no?»
    Jesús les contestó:
    «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras el novio está con ellos, no tiene sentido que ayunen. Llegará un día en que el novio les será quitado; entonces ayunarán.
    Nadie cose un remiendo de tela nueva a un vestido viejo, porque lo añadido hará encoger el vestido, lo nuevo hará encoger lo viejo, y el desgarrón se hará mayor.
    Y nadie guarda vino nuevo en odres viejos, porque el vino hará reventar las odres y se perderán vino y odres. A vino nuevo, odres nuevos.

Evangelio del domingo 16 de enero de 2011

2º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lectura del libro del Profeta Isaías
Primera Lectura:
Isaías 49, 3.5-6
"Te hago luz de las naciones para que seas mi salvación"

El Señor me dijo:
«Tú eres mi siervo Israel, de quien estoy orgulloso».
Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo para que le trajese a Jacob, para que le reuniera a Israel –tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza–.
El Señor dice:
«Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».

Palabra de Dios:
Te alabamos Señor

Salmo Responsorial: 39
"Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad."

Esperé en el Señor con gran confianza, él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. El me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exististe holocaustos por la culpa, así que dije: Aquí estoy
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Segunda Lectura: I Corintios 1, 1-3
"Gracia, y paz les dé Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, nuestro Señor"

Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Jesucristo, al pueblo santo que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo,Señor nuestro y de ellos.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con ustedes.

Palabra de Dios:
Te alabamos Señor

Lectura del Santo Evangelio según San Juan
Gloria a Ti Señor
Evangelio: Juan 1, 29-34
"Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"

En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo dije:
“Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo”.
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

Palabra del Señor:
Gloria y honor a Ti Señor Jesús

Evangelio del sábado 15 de enero de 2011

  • Primera Lectura: Hebreos 4, 12-16
    "Acerquémonos con plena confianza al trono de la gracia"

    Hermanos: La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos: penetra hasta lo más íntimo del alma, hasta lo más profundo del ser y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Así que toda criatura es transparente para Dios. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquél a quien hemos de rendir cuentas.
    Y ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un sumo sacerdote eminente que ha penetrado en los cielos, mantengámonos firmes en la fe que profesamos.
    Pues no es él un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino que ha sido probado en todo como nosotros, excepto en el pecado.
    Acerquémonos, por tanto, con plena confianza al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y encontrar la gracia de un socorro oportuno.

  • Salmo Responsorial: 18
    "Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna."

    La ley del Señor es perfecta: da consuelo al hombre; el mandato del Señor es verdadero: da sabiduría al ignorante.
    R. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

    Los preceptos del Señor son rectos: dan alegría al corazón; el mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos.
    R. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

    El temor del Señor es puro: permanece para siempre; los juicios del Señor son verdad: todos justos por igual.
    R. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

    Que te agraden mis palabras y mis pensamientos, Señor, roca mía, mi redentor.
    R. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

  • Evangelio: Marcos 2, 13-17
    "No he venido a llamar justos, sino pecadores"

    En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; toda la gente lo seguía y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su mesa de impuestos, y le dijo:
    «Sígueme».
    El se levantó y lo siguió.
    Después, mientras Jesús estaba sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían.
    Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con pecadores y recaudadores de impuestos, preguntaron a sus discípulos:
    «¿Por qué come con recaudadores de impuestos y con pecadores?»
    Habiendo oído esto, Jesús les dijo:
    «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».

jueves, 13 de enero de 2011

Evangelio del viernes 14 de enero de 2011

  • Primera Lectura: Hebreos 4,1-5.11
    "Empeñémonos en entrar en aquel descanso"

    Hermanos: Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros crea que ha perdido la oportunidad. También nosotros hemos recibido la buena noticia, igual que ellos; pero el mensaje que oyeron de nada les sirvió, porque no se adhirieron por la fe a los que lo habían escuchado. En efecto, entramos en el descanso los creyentes, de acuerdo con lo dicho: "He jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso", y eso que sus obras estaban terminadas desde la creación del mundo. Acerca del día séptimo se dijo: "Y descansó Dios el día séptimo de todo el trabajo que había hecho." En nuestro pasaje añade: "No entrarán en mi descanso." Empeñémonos, por tanto, en entrar en aquel descanso, para que nadie caiga, siguiendo aquel ejemplo de rebeldía.

  • Salmo Responsorial: 77
    "No olvidéis las acciones de Dios."

    Lo que oímos y aprendimos,
    lo que nuestros padres nos contaron,
    lo contaremos a la futura generación:
    las alabanzas del Señor, su poder. R.

    Que surjan y lo cuenten a sus hijos,
    para que pongan en Dios su confianza
    y no olviden las acciones de Dios,
    sino que guarden sus mandamientos. R.

    Para que no imiten a sus padres,
    generación rebelde y pertinaz;
    generación de corazón inconstante,
    de espíritu infiel a Dios. R.

  • Evangelio: Marcos 2,1-12
    "El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados"

    Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les preponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados quedan perdonados."

    Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: "¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?" Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: "¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados..." Entonces le dijo al paralítico: "Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa." Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto una cosa igual."

miércoles, 12 de enero de 2011

Evangelio del jueves 13 de enero de 2011

* Primera Lectura: Hebreos 3,7-14
"Animaos, los unos a los otros, mientras dure este"

Hermanos: Como dice el Espíritu Santo: "Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis el corazón, como cuando la rebelión, cuando la prueba del desierto, donde me pusieron a prueba vuestros padres y me tentaron, a pesar de haber visto mis obras durante cuarenta años; por eso me indigné contra aquella generación, y dije: "Siempre tienen el corazón extraviado; no han conocido mis caminos, por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso.""

¡Atención, hermanos! Que ninguno de vosotros tenga un corazón malo e incrédulo, que lo lleve a desertar del Dios vivo. Animaos, por el contrario, los unos a los otros, día tras día, mientras dure este "hoy", para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado. En efecto, somos participes de Cristo, si conservamos firme hasta el final la actitud del principio.
* Salmo Responsorial: 94
"Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:"

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R.

"Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."" R.
* Evangelio: Marcos 1,40-45
"La lepra se le quitó, y quedó limpio"

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes limpiarme." Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero: queda limpio." La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: "No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés." Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

martes, 11 de enero de 2011

Evangelio del miércoles 12 de enero de 2011

# Primera Lectura: Hebreos 2, 14-18
"Tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo"

Hermanos: Puesto que los hijos tenían en común la carne y la sangre, también Jesús las compartió para poder destruir con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo, y librar a aquellos a quienes el temor a la muerte tenía esclavizados de por vida. Porque ciertamente no ha venido en auxilio de los ángeles, sino en auxilio de la raza de Abrahán. Por eso tenía que ser hecho en todo semejante a sus hermanos para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y digno de confianza en las cosas de Dios, capaz de obtener el perdón de los pecados del pueblo.
Precisamente porque él mismo fue sometido al sufrimiento y a la prueba, puede socorrer ahora a los que están bajo la prueba.
# Salmo Responsorial: 104
"El Señor se acuerda de su alianza eternamente."

Den gracias al Señor, invoquen su nombre, publiquen entre los pueblos sus proezas, cántenle, toquen en su honor, proclamen sus maravillas.
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen su rostro sin descanso.
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Descendencia de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra están en vigor sus
decretos.
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra que ha dado por mil generaciones; del pacto concluido con Abrahán y del juramento que hizo a Isaac.
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
# Evangelio: Marcos 1, 29-39
"Curó a muchos enfermos de diversos males"

En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, Jesús se fue inmediatamente a casa de Simón y de Andrés, con Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre. Se lo dijeron a Jesús y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. El sanó entonces a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero a éstos no los dejaba hablar, pues sabían quién era.
Muy de madrugada, antes del amanecer, se levantó, salió, se fue a un lugar solitario y allí comenzó a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca. Cuando lo encontraron le dijeron:
«Todos te buscan».
Jesús les contestó:
«Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he venido».
Y se fue a predicar en las sinagogas judías por toda Galilea, expulsando los demonios.

Evangelio del martes 11 de enero de 2011

* Primera Lectura: Hebreos 2, 5-12
"Dios juzgó conveniente perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de la salvación"

Hermanos:

Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero, del que estamos hablando; de ello dan fe estas palabras: «¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el ser humano, para que mires por él? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, todo lo sometiste bajo sus pies».

En efecto, puesto a someterle todo, nada dejó fuera de su dominio.

Pero ahora no vemos todavía que todo le esté sometido.

Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte.

Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos.

Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación.

El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos, pues dice: «Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré».
* Salmo Responsorial: 8
"Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos"

¡Señor, dueño nuestro,
qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies.

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
* Evangelio: Marcos 1, 21-28
"Enseñaba con autoridad"

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
- ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.
Jesús lo increpó:
- Cállate y sal de él.
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:
- ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Evangelio del lunes 10 de enero de 2011

* Primera Lectura: Hebreos 1, 1-6
"Dios nos ha hablado por su Hijo"

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros antepasados por medio de los profetas. Ahora, en este momento final, nos ha hablado por medio del Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por quien hizo también el universo.
El es reflejo de su gloria, imagen perfecta de su ser. El sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de Dios en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelente es el título que ha heredado.
En efecto, ¿a qué ángel dijo Dios alguna vez:
«Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy?»
Y también:
«¿Yo seré para él un padre y él será
para mí un hijo?»
Y en otro pasaje, al introducir en el mundo a su Hijo primogénito, dice:
«Adórenlo todos los ángeles de Dios».
* Salmo Responsorial: 96
"Angeles del Señor, adórenlo."

Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor está asentado sobre la justicia y el derecho.
R. Angeles del Señor, adórenlo.

Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. Que caigan ante Dios todos los dioses.
R. Angeles del Señor, adórenlo.

Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses.
R. Angeles del Señor, adórenlo.
* Evangelio: Marcos 1,14-20
"Arrepiéntanse y crean en el Evangelio"

Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía:
«Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio».
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús.

Evangelio del domingo 9 de enero de 2011

Bautismo del Señor

Lectrura del libro del Prófeta Isaías
Primera Lectura: Isaías 42, 1-4. 6-7
"Miren a mi siervo, en quien tengo mis complacencias"

«Miren a mi siervo a quien sostengo, a mi elegido en quien tengo mis complacencias.
En Él he puesto mi espíritu para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz por las calles. No romperá la caña resquebrajada ni apagará la mecha que aún humea.
Promoverá con firmeza la justicia; no titubeará ni se doblegará,
hasta haber establecido el derecho sobre la tierra, y hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación te llamé, te tomé de la mano, te he formado, y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones: para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas».

Palabra de Dios:
Te Alabamos Señor

Salmo Responsorial: 28
"El Señor bendice a su pueblo con la paz."

Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados en su templo santo, alabemos al Señor.
R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es imponente.

R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó sobre las aguas desde su trono eterno.
R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Segunda Lectura: Hechos 10, 34-38
"Dios ungió con el Espíritu Santo a Jesús de Nazaret"

En aquellos días, Pedro se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa con estas palabras:
«Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que le es fiel y practica la justicia, sea de la nación que fuere.
Él envió su palabra a los hijos de Israel para anunciarles la paz por medio de Jesucristo, Señor de todos. Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan; de cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo Éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él».

Palabra de Dios:
Te Alabamos Señor

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
Gloria a Ti Señor
Evangelio: Mateo 3, 13-17
"Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu Santo descendía sobre él."

En aquel tiempo, Jesús llegó de Galilea al río Jordán y le pidió a Juan que lo bautizara. Pero Juan se resistía, diciendo:
«Yo soy quien debe ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a que yo te bautice?»
Jesús le respondió:
«Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere».
Entonces Juan accedió a bautizarlo. Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre él en forma de paloma y oyó una voz que decía, desde el cielo:
«Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias».

Palabra del Señor:
Gloria y honor a Ti Señor Jesús

Evangelio del sábado 8 de enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 5, 14-21
    "Dios nos escucha en todo lo que le pedimos conforme a su voluntad"

    Queridos hijos: Esta es la confianza que tenemos en Dios: que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha; y si sabemos que nos escucha cuando le pedimos algo, sabemos que tenemos todo lo que le hemos pedido.

    Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, pida a Dios por él, y Dios le dará la vida. Me refiero a los que cometen pecados que no llevan a la muerte. Porque hay un pecado que lleva a la muerte; por ése no digo que se pida. Aunque toda mala acción es pecado, no todo pecado lleva a la muerte.

    Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca; el Hijo de Dios lo protege, y no lo toca el demonio.

    Sabemos que pertenecemos a Dios y que el mundo entero está bajo el poder del demonio; pero sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al Verdadero. Y estamos en el Verdadero, en su Hijo, Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.

    Hijo míos, cuídense de los ídolos.

  • Salmo Responsorial: 149
    "El Señor ama a su pueblo."

    Canten al Señor un canto nuevo, alábenlo en la asamblea de los fieles; celebre Israel a su Creador, festejen los hijos de Sión a su Rey.
    R. El Señor ama a su pueblo.

    Que alaben su nombre con danzas, que toquen para él la pandereta y el arpa; porque el Señor aprecia a su pueblo y concede a los débiles la victoria.
    R. El Señor ama a su pueblo.

    Que los fieles salten de alegría y hasta en los lechos canten jubilosos: con vivas a Dios en la boca; será un honor para todos sus fieles.
    R. El Señor ama a su pueblo.

  • Evangelio: Juan 3, 22-30
    "El amigo del novio se alegra de oír su voz"

    En aquel tiempo fue Jesús con sus discípulos a Judea y permaneció allí con ellos bautizando. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque allí había agua abundante. La gente acudía y se bautizaba, pues Juan no había sido encarcelado todavía.

    Surgió entonces una disputa entre algunos de los discípulos de Juan y unos judíos acerca de la purificación. Se acercaron a Juan y le dijeron:

    «Maestro, Aquél que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, de quien tú nos diste testimonio, está ahora bautizando y todos acuden a él».

    Contestó Juan:

    «El hombre sólo puede tener lo que Dios le haya dado. Ustedes mismos son testigos de lo que yo dije entonces: “Yo no soy el Mesías, sino el que han enviado delante de él”. La esposa pertenece al esposo. El amigo del esposo, que está junto a él y lo escucha, se alegra mucho al oír la voz del esposo; por eso mi alegría ha llegado a su plenitud. Es necesario que él crezca y que yo disminuya».

Evangelio del viernes 7 de enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 5, 5-13
    "El Espíritu, el agua y la sangre"

    Queridos hijos: ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Jesucristo se manifestó mediante sangre y agua; no sólo por agua, sino por agua y por sangre; y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Así pues, los testigos son tres: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo.

    Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios. Y Dios nos ha dado testimonio acerca de su Hijo: si uno cree en el Hijo de Dios, tiene ya el testimonio de Dios.

    Si uno no cree a Dios, lo hace mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo. Y el testimonio consiste en que Dios nos ha dado la vida eterna, la vida que está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.

    A ustedes, los que creen en el Hijo de Dios, les he escrito estas cosas para que sepan que tienen la vida eterna.

  • Salmo Responsorial: 147
    "Demos gracias y alabemos al Señor."

    Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión. Que él refuerza los cerrojos de tus puertas y bendice a tus hijos en medio de ti.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor.

    El mantiene la paz en tus fronteras y te alimenta con la mejor harina; él envía a la tierra sus ordenes, veloz va corriendo su mensaje.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor.

    Manifestó su palabra a Jacob, sus leyes y decretos a Israel; con ningún pueblo actuó así, ni les dio a conocer sus decretos.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor

  • Evangelio: Lucas 5, 12-16
    "Al momento desapareció la lepra"

    En aquel tiempo, estando Jesús en un poblado, llegó un leproso; y al ver a Jesús, se postró rostro en tierra suplicando:

    «Señor, si quieres, puedes limpiarme».

    Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo:

    «Quiero, queda limpio».

    Y al momento desapareció la lepra. Jesús le ordenó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés prescribió. Eso les servirá de testimonio».

    Y su fama se extendía cada vez más, y las muchedumbres acudían a oírlo y a ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a lugares solitarios para orar.

evangelio del jueves 6 de enero de 2011

Solemnidad de la Epifania del Señor

  • Primera Lectura: I Juan 4,19-5,4
    "Quien ama a Dios, ame también a su hermano"

    Queridos hermanos: Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Y hemos recibido de él este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano. Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él.

    En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.

  • Salmo Responsorial: 71
    "Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra."

    Dios mío, confía tu juicio al rey,
    tu justicia al hijo de reyes,
    para que rija a tu pueblo con justicia,
    a tus humildes con rectitud. R.

    Él rescatará sus vidas de la violencia,
    su sangre será preciosa a sus ojos.
    Que recen por él continuamente
    y lo bendigan todo el día. R.

    Que su nombre sea eterno,
    y su fama dure como el sol;
    que él sea la bendición de todos los pueblos,
    y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

  • Evangelio: Lucas 4,14-22a
    "Hoy se cumple esta Escritura"

    En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.

    Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor." Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír." Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

Solemnidad de la Epifanía del Señor

6 de Enero

Solemnidad de la Epifanía del Señor



Solemnidad de la Epifanía del SeñorEpifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:

Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)

Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán

Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro en Caná.

La Epifanía que más celebramos en la Navidad es la primera.

La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz crece".

Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.

Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.

Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.

Los Reyes Magos

Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.

De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.

El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.

Evangelio del jueves 5 de enero de 2011

* Primera Lectura: I Juan 4,11-18
"Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros"

Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.
* Salmo Responsorial: 71
"Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra."

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.
* Evangelio: Marcos 6,45-52
"Está cerca el reino de los cielos"

Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús en seguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar.

Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra. Viendo el trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario, a eso de la madrugada, va hacia ellos andando sobre el lago, e hizo ademán de pasar de largo. Ellos, viéndolo andar sobre el lago, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque al verlo se habían sobresaltado. Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice: "Ánimo, soy yo, no tengáis miedo." Entró en la barca con ellos, y amainó el viento. Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque eran torpes para entender.

Evangelio del miércoles 4 de enero de 2011

# Primera Lectura: I Juan 4, 7-10
"Dios es amor"

Queridos hermanos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios; y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
Dios ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por él. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
# Salmo Responsorial: 71
"Que te adoren, Señor, todos los pueblos."

Dios mío, da tu juicio al rey, tu justicia al heredero del trono; para que gobierne a tu pueblo con justicia, y a tus humildes con equidad.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Que las montañas traigan la paz al pueblo, y las colinas, justicia; que él defienda a los humildes del pueblo y que salve a los necesitados.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Que florezca en sus días la justicia y haya gran prosperidad mientras alumbre la luna; que domine de mar a mar, desde el Eufrates hasta los extremos de la tierra.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos
# Evangelio: Marcos 6, 34-44
"Al multiplicar los panes, Jesús se manifiesta como profeta"

En aquel tiempo, al desembarcar, vio Jesús una multitud, se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y se compren algo de comer».
El les replicó:
«Denles ustedes de comer».
Ellos le dijeron:
«¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?»
El les preguntó:
«¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver».
Cuando lo averiguaron, le dijeron:
«Cinco panes y dos pecados».
Jesús ordenó que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.

Evandelio del martes 3 de enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 3,22-4,6
    "Examinad si los espíritus vienen de Dios"

    Queridos hermanos: Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

    Queridos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.

  • Salmo Responsorial: 2
    "Te daré en herencia las naciones."

    Voy a proclamar el decreto del Señor;
    el me ha dicho:
    "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
    Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
    en posesión, los confines de la tierra." R.

    Y ahora, reyes, sed sensatos;
    escarmentad, los que regís la tierra:
    servid al Señor con temor,
    rendidle homenaje temblando. R.

  • Evangelio: Mateo 4,12-17.23-25
    "Está cerca el reino de los cielos"

    En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: "País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló."

    Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Trasjordania.

Evandelio del lunes 2 de enero de 2011

Epifanía del Señor

Lectura del libro del Profeta Isaías

Primera Lectura: Isaías 60, 1-6
"La gloria del Señor amanece sobre ti"

¡Levántate y resplandece, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Es verdad que la tierra está cubierta de tinieblas y los pueblos de oscuridad, pero sobre ti amanece el Señor y se manifiesta su gloria. A tu luz caminarán los pueblos, y los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Al ver esto te pondrás radiante, palpitará y se emocionará tu corazón, porque derramarán sobre ti los tesoros del mar y te traerán las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor.

Palabra de Dios:
Te alabamos Señor

Salmo Responsorial: 71
"Que te adoren, Señor, todos los pueblos."

Dios mío, da tu juicio al rey, tu justicia al heredero del trono, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus humildes con equidad.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Que florezca en sus días la justicia y haya gran prosperidad mientras alumbre la luna; que domine de mar a mar, desde el Eufrates hasta los extremos de la tierra.

R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Que los reyes de Tarsis y de los pueblos lejanos le traigan regalos, y que le paguen tributos los monarcas de Arabia y de Sabá; que se postren ante él todos los reyes, y lo sirvan todas las naciones.

R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Porque él librara al necesitado que suplica, al humilde que no tiene defensor; tendrá compasión del necesitado y del abandonado, y salvará la vida de los necesitados.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Lectura del carta del Apóstol San Pablo a los Efesios
Segunda Lectura: Efesios 3, 2-3a. 5-6

"También los paganos participan de la misma herencia que nosotros"

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha confiado en favor de ustedes.
Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no fue manifestado a los hombres de otras generaciones y que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: un plan que consiste en que todos los pueblos comparten la misma herencia, son miembros del mismo cuerpo y participan de la misma promesa en Jesucristo, por medio del Evangelio.

Palabra de Dios:
Te alabamos Señor

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
Evangelio: Mateo 2, 1-12
"Venimos de Oriente para adorar al Rey"

Jesús nació en Belén de Judá en tiempo del rey Herodes. Por entonces, Magos de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando:
«¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer?
Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo».
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y todo Jerusalén con él; entonces convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron:
«En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel».
Entonces, Herodes llamó en secreto a los Magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén con este encargo: «Vayan y averigüen cuidadosamente sobre ese niño; y, cuando lo encuentren, avísenme para ir yo también a adorarlo».
Después de oír al rey, los Magos se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en oriente los guió hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra.
Y advertidos en sueños de que no volvieran donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor:
Gloria y honor Ti Señor

Quince minutos ante el Sagrado Corazón

CONFORMIDAD DE NUESTRO CORAZÓN CON SU CORAZÓN

DESCENDÍ DEL CIELO NO PARA HACER MI VOLUNTAD, SINO LA DE MI PADRE


Hijo mío, Yo vine a la tierra para hacer la voluntad de Aquél que me envió. Sabía cuántos insultos, dolores, desprecios y tormentos me estaban reservados, y sin embargo, no vacilé en abrazar la voluntad de mi Padre. Todo esto era bien poco en comparación de la amargura que experimentaba mi Corazón al pensar en la ingratitud de los hombres que, ciegos y deslumbrados los unos con el amor de los placeres y el brillo de las riquezas, y dormidos los otros sobre los papeles de sus negocios, los primeros no han querido verme, y los otros apenas se despiertan, o se despiertan tan tarde que hacen inútiles mis enseñanzas y la vida que di por ellos. ¡ Oh ingratitud incomprensible! Tu también hijo mío te apartas de mi. ¿Por qué corres tras de lo que no has de conseguir? ¿Por qué te precipitas en las fuentes cenagosas que no apagan la sed? Por qué no escuchas mi voz, cuando te llamo como el padre más cariñoso, como el amigo más fiel? En mi Corazón y en el de mi Purísima Madre, que también lo es tuya, encontrarás el manantial que nunca se agota. Te ofrezco dulzuras incomparables y tú prefieres el acíbar que produce el remordimiento, a cambio de un momento de placer. Buscas una dicha ficticia y engañosa, y a pesar del afán con que la buscas, tienes que confesar que no la encuentras. ¿Sabes por qué? Porque has despreciado la Ley que yo te di, y te has desviado de la senda que yo te tracé. Si alguna vez me sigues, tu paso es tan inseguro que el menor obstáculo te hace retroceder.

¡Oh dulcísimo Corazón! Ya que dijistes: Qui fecerit voluntatem Patris mei, ipse meus frater est, yo quiero ser tu hermano.

Y para que yo pueda llevar con propiedad este título deliciosísimo que me da tu amor, ayúdame Madre mía, y Tú, Jesús mío, modelos de humildad y obediencia. Yo propongo en adelante conformarme con tu voluntad, Corazón adorable de Jesús.

Y si te dignas darme tribulaciones, te amaré siempre, Corazón pacientísimo.

Si quieres darme alegrías, te amaré siempre, Corazón humildísimo.
Si quieres darme enfermedades y pobreza, te amaré siempre, Corazón modestísimo.
Si quieres que me injurien y calumnien, te amaré siempre, Corazón mansísimo. Si quieres que me ensalcen, te amaré siempre, Corazón perfectísimo.
Y si quieres que me humillen, que mis parientes me nieguen, que los amigos me falten y que la sociedad me abandone, haz que te ame siempre, Corazón santísimo, porque todo lo que no eres Tú, nada es, y no quiero confiar sino en ti, para que pueda morir exclamando:

Cumplí tu voluntad, Jesús divino,
Mientras viví en el mundo cenagoso;
Y hoy, por mi dicha, al fin de este camino

Espero me recibas amoroso.

Sagrado Corazón de Jesús

Sagrado Corazón de Jesús
Ten piedad y misericordia de nosotros.

Ejercicio Piadoso en Honor del Sagrado Corazón de Jesús

Oh sacratísimo Corazón de Jesús, dígnate aceptar este obsequio que te ofrezco a mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén
Y para recordar ahora el grande amor que nos has tenido, voy considerando tus Promesas saludándote al mismo propio tiempo con la oración del Padrenuestro, salida de tu Corazón y de tus labios.

Primera promesa: Daré a mis devotos todas las gracias necesarias para su estado.

Segunda: Pondré paz en sus familias.

Tercera: Los consolaré en sus aflicciones.

Cuarta: seré su Protector durante la vida y principalmente en la hora de su muerte.
¡Oh Jesús, oh Jesús mío! ¡Qué consoladoras son para mí estas promesas. Padrenuestro ...

Quinta promesa: Bendeciré generosamente todas las empresas de mis devotos.

Sexta: Los pecadores encontrarán en mi Corazón la fuente inagotable de la misericordia.

Séptima: Las almas tibias se enfervorizarán.

Octava: Las almas fervorosas se elevarán a grande santidad.
¡Oh Jesús, oh Jesús mío! Por tu Corazón te pido que cumplas en mí estas tus consoladoras promesas.
Padrenuestro ...

Novena promesa: Daré a los sacerdotes la gracia de conmover a los pecadores más empedernidos.

Décima: Bendeciré las casas en las cuales sea expuesta y honrada la Imagen de mi Corazón.

Undécima: Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás se borrará de Él.

Duodécima: A los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, prometo la gracia de la perseverancia final y de que no morirán en desgracia mía y sin recibir los Santos Sacramentos.

¡Oh Jesús, Oh Jesús mío! Tu Corazón ya no puede darnos más: Concédeme el cumplimiento de estas tus dulces y consoladoras promesas y úneme a ti para siempre en el Cielo. Amén, Padrenuestro ...

Oración: Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos postrados humildemente ante tu altar. Tuyos somos y tuyos queremos ser; para que podamos unirnos hoy más íntimamente contigo, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu sacratísimo Corazón: Es verdad que muchos jamás te conocieron, que muchos te abandonaron después de haber despreciado tus mandamientos. Ten misericordia de unos y otros, benignísimo Jesús, y atráelos con fuerza todos juntos a tu Sacratísimo Corazón.

Reina, Señor, no solamente sobre los fieles que jamás se apartaron de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te abandonaron, y haz que éstos prontamente regresen a la casa paterna, para que no mueran de hambre y de miseria.

Reina sobre aquellos a quienes traen engañados las falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia, y volvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve no haya sino un solo redil y un solo Pastor.

Reina, finalmente, sobre cuantos viven en las antiguas supersticiones de la gentilidad; y, como tuyos que son, sácalos de las tinieblas a la luz del reino de Dios.

Concede, Señor, a tu Iglesia segura y completa libertad; otorga la paz a todas las naciones y haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola voz: Alabado sea el divino Corazón, por quien nos vino la salud ; a él sea la gloria y honor por todos los siglos de los siglos. Amén.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón

Nuestra Señora del Sagrado Corazón
Ruega por nosotros.

Letanía del Corazón agonizante de Jesús

  • Señor, ten piedad de nosotros.
    Jesucristo, ten piedad de nosotros.
  • Señor, ten piedad de nosotros.
  • Jesucristo, escúchanos.
  • Jesucristo óyenos.
  • Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
  • Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
  • Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
  • Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros,
  • Corazón agonizante de Jesús, ten misericordia de los moribundos.
  • Corazón agonizante de Jesús que, desde el primer instante de tu formación en el casto seno de maría has sufrido por nuestra salvación, ten misericordia de nosotros.
  • Corazón agonizante de Jesús, que durante toda tu vida has sufrido tantas penas interiores, especialmente durante tu pasión, ten misericordia de nosotros. (En adelante se repite ten misericordia de nosotros).
  • Corazón de Jesús, que llevaste contigo a tus más caros discípulos para ser testigos de tu dolorosa agonía en el huerto de los Olivos.
  • Corazón agonizante de Jesús que dijiste a sus apóstoles: triste está mi alma hasta la muerte.
  • Corazón agonizante de Jesús, que fuiste sobrecogido de una mortal tristeza al prever la inutilidad de tus sufrimientos para un gran número de almas.
  • Corazón agonizante de Jesús que has sido saciado de amargura por causa de nuestros pecados.
  • Corazón agonizante de Jesús que pediste tres veces a tu padre celestial alejase de ti el cáliz de tu pasión.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has repetido tres veces esta oración: Padre mío, que se haga tu voluntad y no la mía.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has hecho esta queja amorosa a tus apóstolos: ¡Cómo! ¿no has podido velar un ahora conmigo?
  • Corazón agonizante de Jesús, cubierto por la violencia del dolor y por el exceso de tu amor, con un sudor de sangre abundante, que empapó la tierra donde estaba prosternado.
  • Corazón agonizante de Jesús, abierto para los pobres pecadores.
  • Corazón agonizante de Jesús, abismo de misericordias.
  • Corazón agonizante de Jesús, que nunca te cansas de nuestros ruegos.
  • Corazón agonizante de Jesús, en el que esperamos contra toda esperanza.
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestro asilo contra tu propia cólera.
  • tribunal de misericordia, al que podemos apelar en los decretos de tu justicia.
  • Corazón agonizante de Jesús, donde la justicia y la misericordia se han abrazado.
  • Corazón agonizante de Jesús, obediente hasta la muerte de cruz.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has pagado por nuestras iniquidades.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has convertido al ladrón crucificado a tu derecha.
  • Corazón agonizante de Jesús, que nos has prodigado tu dulzura.
  • Corazón agonizante de Jesús, al que en cambio hemos vuelto hiel y vinagre.
  • Corazón agonizante de Jesús, que has encomendado tu alma santísima en las manos de tu Padre.
  • Corazón agonizante de Jesús, víctima infinitamente agradable a tu Padre.
  • Corazón agonizante de Jesús, víctima a quien consumió el fuego de amor.
  • Corazón agonizante de Jesús, sacrificio perpetuo.
  • Corazón agonizante de Jesús, sacrificio que aplacas la justicia divina.
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestra luz en la sombras de la muerte.
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestra fuerza en el último combate.
  • Corazón agonizante de Jesús, sacrificio perpetuo.
  • Corazón agonizante de Jesús, que aplacas la justicia divina.
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestra luz en las sombras de la muerte
  • Corazón agonizante de Jesús, nuestra fuerza en el último combate.
  • Corazón agonizante de Jesús, dulce refugio y consuelo de los agonizantes.
  • Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
  • Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos Señor.
  • Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia de nosotros Señor.

V. Corazón agonizante de Jesús, esperanza de los que mueren en ti.
R. Ten misericordia de los moribundos

Oración

¡Oh amantísimo Señor Jesús! Que has querido nacer, sufrir y morir por salvar a todos los hombres, es en nombre de todas las pobres almas que sufren en este instante y que sufrirán en el día de los combates de la agonía, que te suplicamos humildemente les concedas la gracia, por los dolores de tu Corazón agonizante, del arrepentimiento y del perdón. Dígnate, oh divino Salvador, escuchar esta almas que has rescatado con tu preciosísima sangre y que te claman por la intervención de sus hermanos en la fe. Es hacia Ti, Oh Corazón agonizante de Jesús, que vuelven nuestras miradas moribundas y la esperanza de nuestras almas en este día del último combate en que por la mañana no esperamos ver la tarde, y en la tarde no esperamos ver la mañana, en que todo es luto y abandono en torno nuestro; nuestros cuerpos caen en la disolución, nuestras almas están sobrecogidas de espanto, nuestros ojos ya nublados se fijan en tu imagen crucificada, Oh Jesús, y en la de tu Corazón herido por los pecadores… Vemos esta herida abierta para ofrecernos un asilo contra los enemigos de nuestra salvación… En ella buscamos nuestro refugio… ¡Oh Corazón lleno de compasión hacia nosotros! Sálvanos, ocúltanos a tu propia justicia, y no nos trates según nuestras iniquidades. Sálvanos, Señor, puesto que tu adorable nombre ha sido invocado sobre nosotros en el bautismo, por la Iglesia, tu santa esposa; no olvides que María, tu Madre, es también la nuestra; tu corazón y nuestros labios la han proclamado inmaculada y siempre Virgen. Danos la fe y la contrición que diste al buen ladrón; acepta nuestros dolores y nuestras angustias en unión a tu dolorosa agonía; dígnate oh misericordiosísimo Redentor del mundo, dejar caer sobre nuestras almas una gota de ese sudor divino que destiló de tu sagrado cuerpo en el huerto de los Olivos, y de la sangre preciosa que salió de tu santísimo corazón herido con la lanza en la cruz. La fuerza y la dulzura de este celestial licor lavará todas nuestras iniquidades, será el bálsamo divino que sanará nuestras llagas y nos reconciliará contigo. Oh Jesús; en fin, Oh Corazón agonizante de nuestro Salvador y de nuestro juez, atiende a nuestro deseos; que sostenidos por María, nuestra tierna madre, y por san José, nuestro poderos protector, tengamos la dicha de unirnos a ti por toda la eternidad. Amén.

Prácticas

1º Rezar por los agonizantes tres Padre nuestro en memoria de la pasión del Señor y tres Ave María, en memoria de los dolores de María.
2º Procura a los agonizantes la asistencia de un sacerdote, y si no lo consigues, asístelos tú mismo haciéndoles repetir los dulces nombres de Jesús y María.
3º Inspírales sentimientos de humildad filial confianza.
4º Ponles el escapulario de N. S. del Carmen, pues el que muera revestido con esta divisa no caerá en el infierno, María lo ha dicho y no puede engañarnos.
5º Inspira al enfermo que se abandone completamente entre los brazos del S.S. José, este padre protector especial de la buena muerte, que tiene gran poder para conseguir para los que le invoquen la gracia de expiar dulcemente como él entre los brazos de Jesús y María.
5º Enseña a todos los que no la conozcan, la devoción del Corazón agonizante: introdúcela en las familias, en las comunidades y entre tus amigos; y no dudes que aquel Sagrado Corazón te bendecirá. Si por el fervor de tus oraciones llegas a salvar cada día un alma, serán, al cabo de un año trescientas sesenta y cinco las que habrás salvado… en diez años serán tres mil seiscientas cincuenta. ¡Qué cosecha! ¡Qué corona para la eternidad!

Letanías del Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros
Jesucristo óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Corazón de Jesús, Hijo del Padre Eterno,
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, al Verbo de Dios substancialmente unido,
Corazón de Jesús, de majestad infinita,
Corazón de Jesús, Templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, Horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, Santuario de justicia y de amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en que están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en que mora toda la plenitud de la divinidad,
Corazón de Jesús, en que el Padre se agradó,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nosotros hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y muy misericordioso,
Corazón de Jesús, liberal con todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
Corazón de Jesús, desgarrado por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, con lanza traspasado,
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan,
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren,
Corazón de Jesús, delicias de todos los Santos,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
V.- Jesús manso y humilde de corazón.
R.- Haz nuestro corazón conforme al tuyo.

Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno: mira el Corazón de tu amantísimo Hijo y las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te tributa; y concede aplacado el perdón a éstos que piden tu misericordia en el nombre de tu mismo Hijo Jesucristo. Quien contigo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.

A todas las invocaciones que siguen se responde: “Ten misericordia de nosotros”

Acto de Consagración a Ntra. Sra. del Sagrado Corazón


¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, Madre de la divina misericordia, puerta del Cielo, dispensadora de los dones de Dios. Mírame aquí postrado a tus pies. Puesto que tú eres la consoladora de los afligidos, la saluda de todos, sé también mi consuelo, mi refugio y mi salud.

A ti te invoco como la confianza de los justos, la esperanza de los desesperados, la fuerza de los débiles y la paz de los corazones agitados. A ti dirijo, tierna Madre mía, mis suplicantes miradas, y me pongo desde ahora y para siempre jamás bajo tu poderosa y maternal protección. A ti consagro mi espíritu con todos sus pensamientos, mi corazón con todos sus afectos; en una palabra, mi ser todo entero.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ven en socorro mío. Aleja de mí al demonio con sus asechanzas; haz que yo ame a Dios sobre todas las cosas, que le sirva fielmente y que tenga la dicha de morir en su santo amor para reinar eternamente contigo en su gloria. Así sea.


Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros. (Tres veces).

Invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús

Amor del Corazón de Jesús, abrásanos.
Caridad del Corazón de Jesús, derrámate en nosotros.
Fuerza del Corazón de Jesús, sostennos.
Misericordia del Corazón de Jesús, perdónanos.
Paciencia del Corazón de Jesús, no te canses de nosotros.
Reino del Corazón de Jesús, establécete en nosotros.
Voluntad del Corazón de Jesús, dispón de nosotros.
Celo del Corazón de Jesús, inflámanos.
Virgen Inmaculada, ruega por nosotros al Corazón de Jesús.

NTRA. SRA. DEL SAGRADO CORAZÓN


Nuestra Señora del Sagrado Corazón no es solamente un nombre, es sobre todo una forma de presentar y conocer a María, una manera de contemplarla y rezarla, una síntesis de la rica tradición de devoción y teología que se encuentra en la Iglesia desde los Tiempos del Nuevo Testamento, concerniente al papel que Dios ha concedido a María en su plan de salvación.

Este título mariano es uno de los pocos que relacionan a María explícitamente con su Hijo, y sobre todo con el Corazón de su Hijo; que se concentra en el misterio de su ser y la esencia de su misión. Una de las características de este título es que no nos presenta a María sola, sino en relación con Jesús y a través de El con toda la Trinidad.

LA IMAGEN: María con su Hijo en brazos, éste mostrando su Corazón y a su Madre y ésta tomando el Corazón de su Hijo con la mano derecha.

- El punto central de la representación escultórica es Jesús con su corazón abierto por la lanza del soldado. El Corazón representa el centro de la persona: la esencia, lo característico y lo fundamental de la persona. En el caso de Jesús: su fuente de vida, su amor sin límites, su donación absoluta por nosotros.

- Jesús nos muestra cariñosamente a su Madre: es en ella donde ha hallado una real sintonía con su Corazón, con la profundidad de su ser.

- María con su Hijo en brazos rememora el misterio de su virginal maternidad, el gran hecho histórico de la encarnación de Dios por obra del Espíritu Santo.

La devoción al Sagrado Corazón es un compendio de toda la vida cristiana. El Sagrado Corazón significa la persona integral de Cristo mirada especialmente en la profundidad de su personalidad: el Amor.

En 1855 el P. Julio Chevalier tuvo la inspiración de llamar a María “Nuestra Señora del Sagrado Corazón”. No fue fruto de ninguna revelación o aparición especial, sino la consecuencia de la reflexión sobre el Sagrado Corazón y el misterio de María. Escribió estas líneas:

“Usando este título, damos gracias y glorificamos a Dios, por haber elegido a María, entre todas sus criaturas, para concebir en su seno virginal y de su propia sustancia el Corazón adorable de Jesús, honramos de una manera especial los sentimientos de amor, de humilde sumisión, de respeto filial que Jesús sintió en su Corazón hacia su Madre. Con este título especial reconocemos el poder inefable que nuestro Señor dio a su Madre para conducirnos al Corazón de su Hijo, de revelarnos los misterios de amor y de misericordia que contiene, de abrirnos los tesoros de gracias de los que es fuente, y de distribuirlos personalmente a todos los que recurren a ella e invocan su intercesión poderosa. Todo está contenido en esta invocación: “Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros.”

CONSAGRACIÓN DE LOS NIÑOS A NTRA. SRA. DEL SAGRADO CORAZÓN

Con verdadera complacencia, Nuestra Señora del Sagrado Corazón, coloco bajo tu materno y poderosa protección a este querido hijo(a) mío(a), que te consagro hoy. Que él (ella) sea siempre el objeto de tu tierna solicitud. Vela sobre él (ella), consérvale la inocencia y la santidad. Que crezca bajo tus miradas en sabiduría y en virtud. Haz, Señora y Madre mía, que sea la alegría de sus padres y la gloria de la Iglesia, y que después de servir a Dios en el tiempo, tenga la recompensa de los santos en la eternidad. Esta gracia te pido, Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Así sea.